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martes, 17 de febrero de 2015

ChacaPeaks: Estrógeno

Para Diario Cuatro Palabras


“Puta puta, sos una puta, Julieta, una terrible puta”, me dice mamá. Y yo suspiro, cierro la puerta del cuarto, pongo bien fuerte Romeo Santos y a otra cosa mariposa. 


Lo de la música fuerte es clave. Porque el problema cuando uno no contesta insultos es que ese silencio hace que las puteadas se propaguen por el aire y produzcan un eco en el cerebro que impide pensar en otra cosa. Así funciona el bocho. O por lo menos así funciona en el caso de las peleas con mi vieja. Sea como fuere, a mi mamá le gusta decirme “puta” más o menos una vez por semana, como para que no me olvide y me quede bien claro cuál es su opinión sobre mis actividades extra curriculares, por no decir para que no me olvide que a ella no se la cojen hace dos eras geológicas y yo tengo el mejor escote de todo el pueblo. Con ese tema debo haber salido a la abuela Irma, porque mi mamá es como Morticia, ya saben, de las tetas ni noticia. 


Nunca tengan hijas mujeres. No sirven para nada. Mejor dicho, es para peor. Si tenés hijos varones sentís que algo hiciste, que algo creaste. Si tenés hijas mujeres, lo único que creaste fueron monstruos. Porque aceptémoslo de una vez, chicas, entre minas sólo se puede competir. Pueden quererse más o menos pero siempre, a la larga, las mujeres se la terminan midiendo. O por quién tiene el mejor lomo o el mejor esposo o el mejor hijo o por quien hace mejor la torta de ricota o ya que estamos en tren de confesiones, por quién tiene el mejor palo de amasar para salir a correr a la amante de turno. 


Porque el problema en Chacabuco es ese, que todos nos damos con todos. Entonces las mujeres nos dividimos estrictamente entre las que están casadas y las se encaman con los maridos de las casadas. Las categorías tampoco son tan rígidas: también estamos las que nos cojemos casados y solteros sin distinción, pero eso es porque somos “putas putas”, como dice mi mamá, o por el solo hecho de que como podemos, lo hacemos. 


Igual acá el problema es que me curtí a Ipazaguirre otra vez. En realidad el problema es que Ipazaguirre es un sorete. Bueno, en realidad en realidad, el problema es que le gusto al viejo. Ok. La posta es que mi mamá salió con él cuando eran jóvenes. Ok. La posta posta es que el tipo le había dicho de casarse y la muy tarada lo dejó por el boludo de mi viejo. Ok, la posta posta posta es que todavía se quiere matar porque decidió como el orto y yo, hablando de ortos, lo tengo paradito paradito, je.

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