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martes, 27 de octubre de 2015

ChacaPeaks: Telenovela

Para Diario Cuatro Palabras



Sentime bien Rosa, no te lo puedo explicar dos veces que me va a dar un infarto. Sentate primero, porque esto es de la telenovela, querida, qué querés que te diga.  De primera mano te tengo la información, encima, recién se fue la chiquita esta, la mujer de Ortega que trabaja en la comisaria, se vino a medir para un casamiento y me dijo todo, Rosa, todo me dijo. Yo me voy a tener que tomar un triple tilo con manzanilla porque estoy que me descompongo. Escuchá, fue así, la Méndez se fue para Córdoba, a lo de la hermana, hace como un mes. Y volvió, lo mató y se volvió a ir hasta ayer que vino a confesarle todo al Dr. Mussetti. Yo te juro, Rosa, te juro que si me decías que había sido la desequilibrada de Artusi, o la ligerita de Susana, bueno, no me asombraba. Pero Marta, lo mató Marta. Sentime bien Rosa: ¡¡lo apuñaló 15 veces con un Tramontina!! Y dice que dijo que el bebito que perdió era de él, y se ve que eso la afectó, es como yo digo, si Dios te manda vida y te la quita es porque sabe que hay mal en tu corazón. Pero oíme bien, porque esto sí que es para que la protagonice Alfredo Alcón, pero ya sé que se murió Rosa, es una manera de decir, todo te tengo que explicar, todo. Es que es como para una novela, parece que no solamente el hijito que perdió era de Ipazaguirre, ¡¡¡el Fede también, Rosa!!! Es así, palabra, le hice jurar a la chica Ortega que no mentía y le dio besos a los deditos, así que es así. Marta le puso los cuernos a Ricardo hace 16 años y le metió el hijito de la chanchada en la propia casa, ¿podés creer? Yo no lo puedo creer, quedé conmocionada, si tenía que medirle a la chica y me temblaba la mano, voy a tener que llamarla de nuevo porque seguro me quedó un espanto. Pero sí Rosa, sí, a ver si me oís bien: Marta Méndez confesó el crimen de Ipazaguirre, dijo que se vino de Córdoba para hablar con él y  contarle lo del Fede, que el tipo se sacó, que le dijo que no lo iba a reconocer, y que era una puta dice que le dijo. Y parece que ahí fue donde lo mató, porque se conoce que la pobre estaba enamorada, que le dolió que le dijera eso. Aunque más bien que un poco puta es, ¿no?, ya que te vas a andar revolcando por ahí querida aunque sea tomá tus precauciones, pero claro, si no es como cuando nosotras éramos jóvenes Rosa, ya sé que no es una chica la Méndez pero qué querés que te diga, estoy pasmada, Rosa, pas-ma-da. Mirá, mejor venite a casa porque entre que no oís bien y yo estoy así de nerviosa, dale, pongo la pava, traete unos bizcochos.

martes, 20 de octubre de 2015

ChacaPeaks: Letra

Para Diario Cuatro Palabras



Todavía recuerda el diálogo como si fuera hoy, pero lo reescribe adornándolo un poco:
-¿Cómo es eso de que no te gustan los libros que mando para leer? – le pregunta preocupada en el recreo Sofía, la nueva profesora de literatura, a un Federico Méndez absorto en la lectura de “En las montañas de la locura” que, lógicamente, no era obligatorio.
-No pasa nada, profe, la banco igual –contesta con risas Fede, un poco sorprendido de que la docente linda y capitalina le hable.
-Me interesa tu opinión, quisiera saber qué tendría que mandar a leer, ya que vos fuiste a la universidad y yo no- le responde socarronamente Sofía y se le sienta al lado.
-Fantástico, profe, todo lo más fantástico que pueda, algo que nos haga volar de este pueblo infecto- retruca rápido Fede.
-A mí me gusta Chacabuco, me están tratando muy bien- contesta Sofía.
-Claro, porque no conoce a nadie, por eso –vuelve a retrucar Fede.
-Sí conozco, la conozco a mi tía Rosa, a las chicas del barrio, a las chicas del colegio y te conozco a vos y no me pareces nada infecto.
Termina de escribirlo, cierra la revista y mira por la ventana. Debajo de su cama, en ese santuario personal donde nadie entra, están apiladas y cariñosamente escondidas de las garras de cualquiera los doce números de “ChacaPeaks”, su creación. Sí, se las tenía que mostrar a ella, la única que podría valorar que hubiera confeccionado doce revistas con las historias más fantásticas de todos los tiempos y dibujos propios. ¡¡¡Si hasta le había hecho un cómic con la historia de su novio golpeador con el título “La letra con sangre no entra”!! Pero a la vez temblaba de miedo de pensar qué dirían sus compañeros si se enterarán que él en lugar de pasarse el día jugando a la Play o al fútbol, se quedaba encerrado escribiendo y dibujando. Que era un pelotudo dirían, como siempre. Pero ella era diferente, ella era mejor. Y quizás, sólo quizás… ella podría mostrárselas a la editora del Diario Cuatro Palabras, que vivía en su barrio. Escribió el guión del encuentro para asegurarse de que existiría. Si estaba escrito, pensaba, existía.
-Profe, le traje las revistas que le comenté, en la número dos empieza una historieta sobre violencia de género, capaz la quiere leer.
-Qué interesante Fede, te felicito, las voy a ver en mi casa.
-Como quiera, profe, espero que no le importe que haya un personaje con su nombre.

Columna de Cultura

Para Llevalo Puesto

Por el día de la madre repasamos regalos literarios para mamás de menos de 50 años, más de 50 años que les gusta leer y que no les gusta leer.


martes, 13 de octubre de 2015

ChacaPeaks: Rouge

Para Diario Cuatro Palabras



Si bien le habían dicho que los sospechosos del asesinato de Ipazaguirre eran doce, el Dr. Mussetti se focalizó en las mujeres de la lista. Las puñaladas que el viejo buitre había recibido en su casa eran sinónimo de alguien que lo quería y odiaba a la vez. En sus clases de derecho el nuevo comisario había aprendido que era más probable que a uno lo mate alguien que dijo que lo amaba antes que un desconocido. Lo había dicho un Juez de la Suprema Corte de la Nación cuando le consultaron sobre la baja en la edad de inimputabilidad y la cita estaba calcada en su mente: “Ud. primero preocúpese porque no lo mate alguien de su familia, después que no lo atropelle un auto, finalmente que no le de un infarto y luego tenga miedo de que lo maten en un asalto”. Esas eran, según cifras oficiales, las causas más probables de muerte en nuestro país: violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito y problemas cardiovasculares. Muy, muy lejos, la famosa inseguridad. Pero todos los diarios decían otra cosa y los de Chacabuco también. A la gente no le gusta admitir que el amor y el odio están conectados, pensaba el Dr. Mussetti mientras miraba su lista de sospechosos. Méndez, Gómez, Rodríguez, Machado y Artusi ya habían sido descartados con respectivas mujeres. Marta Méndez, de visita en la casa de su hermana en Córdoba, completa inocente. Quedaban Susana y Julieta Robles. Tenía que descifrar cuál de ellas había tenido un amorío con el difunto, ya que le parecía muy extraño que madre e hija se encamaran con el mismo hombre, aunque eso le hubiera dicho Ramírez.
En la casa de las Robles reinaba la alegría. Susana parecía encantadísima de que Ipazaguirre estuviera en la tumba. Julieta se acababa de hacer un nuevo tatuaje así que vestía una remera muy corta para que se vieran sus angelicales alitas en la bajo espalda. “Siempre la misma puta”, fue la forma en la que la madre la presentó.
El diálogo fue tan desopilante que el Dr. Mussetti quedó impresionado. No quedaban dudas de que ambas sabían las historias cruzadas que las unían con el muerto, pero era imposible que alguna de ellas lo hubiera asesinado. Julieta medía apenas 1,50m y el monumental Ipazaguirre, con sus doscientos kilos, habría reaccionado ante la primera puñalada. A Susana, el Dr. Mussetti la descartó rápidamente cuando la vio maquillarse: el pulso tembloroso mientras se aplicaba el rouge impedía que con esas manitos hubiera podido apuñalar nada. Lo que sí le quedó claro al Dr. Mussetti después de la visita era que Ipazaguirre despertaba pasiones y rompía hogares a su paso sin contemplación alguna.

martes, 6 de octubre de 2015

ChacaPeaks: Cálculos


Graciela Artusi está preparando pastel de papas para esa noche, con su cuñada. Dos años. Es una comida rendidora para la familia numerosa en la que se convirtieron desde que los dos hermanos Artusi tuvieron que compartir techo tras el desalojo del mayor en manos de Pancho Ipazaguirre. Trescientos sesenta y cinco por dos. Mientras cocina, Graciela piensa que no hay mal que por bien no venga, porque desde que está viviendo ahí siente un poco (sólo un poco) menos la ausencia de su hijo, que murió hace ya dos años de un ACV. Trescientos por dos dan seiscientos. Sus parientes y vecinos la acompañaron todo lo que pudieron pero con lo que era imposible lidiar, piensa mientras pica la cebolla y se esconde en ese llanto, era con la habitación vacía de Juan, eso sí que era un suplicio. Sesenta por dos es ciento veinte.  Pero ahora que no vive más allá, esa imagen de la habitación de Juan sin Juan dejó de ser un problema. Cinco por dos es diez. Sólo quedan las dudas alrededor de su muerte, que no comparte con nadie porque, dos años después, las dudas ya son certezas o incertezas, pero dejaron de ser tema de conversación. Trescientos sesenta y cinco por dos es setecientos treinta. Mira por la ventana de la cocina y ve bajar de un remis a Martín Méndez, el hijo mayor de Marta y Ricardo, íntimo amigo de Juan. Veinticuatro horas por día. Qué raro, piensa, qué hace acá si vive en Capital. Setecientos treinta por veinticuatro. Quizás vino a saludarme porque ayer se cumplieron dos años del accidente. Diecisiete mil quinientas veinte horas sin mi hijo.

Una semana antes, Martín Méndez se levantó y no pudo moverse. El dolor en el bajo vientre era insoportable. Su mujer desesperada llamó a la prepaga y fue a buscarlo una ambulancia de urgencia. Los médicos diagnosticaron cálculos en la vesícula y le dijeron que si tan joven tenía estos problemas debería tratarse. Tras la operación quedó como nuevo, pero su mujer no lo dejó en paz. Dice la ayurveda que los cálculos se generan por culpa, Martín, por remordimiento. Dice la homeópata que los malos pensamientos se te calcifican en la vesícula, Martín, por favor, contame qué te pasa. Dice mi psicóloga que si guardás mucho tiempo algo que te hace mal, se te vuelve cáncer, Martín, por Dios, Martín.

Bajó del remis convencido de que lo que tenía que hacer para sacarse a su mujer y su dolor de encima era hablar. Iba a decirle la verdad a Graciela Artusi. Iba a decirle que no fue un ACV, que no fue una desgracia. Que Juan tomaba más cocaína de la que se podía imaginar. Que estaban juntos, que eran amantes. Que su hijo se suicidó y que él lo amaba, lo seguía amando, aún muerto, diecisiete mil quinientas veinte horas después. 


jueves, 1 de octubre de 2015

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto

Semana astronómica: eclipse lunar, lanzamiento del Arsat-2 y la loca coincidencia del anuncio de la NASA de que hay agua en Marte la misma semana que se estrena la peli "The Martian" de Ridley Scott y con Matt Damon. #Coheeeetee