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domingo, 30 de noviembre de 2014

ChacaPeaks: Feria de ciencias

Para Diario Cuatro Palabras



Ricardo y Marta habían decidido contarle ese día la verdad al Fede, pero en realidad lo que querían era que él se diera cuenta solo, como en una iluminación o una revelación cósmica. El problema era que él estaba tan entusiasmado con la feria de ciencias del colegio que nunca se percató del asunto. Entonces era menester decirle, pobre Fede, la verdad de una vez. El acuerdo había sido difícil: Marta pensaba que no hacía falta, que el pobre chico bastante tenía con haberse cambiado de colegio y de amigos, encima esto ahora iba a ser catastrófico. Ricardo tenía la carta de la masculinidad. “Así se hacen los hombres”, decía a los gritos. Ante eso Marta mucho no podía contraatacar. Si bien tenía dos hijos varones, no sabía cómo se hacían los hombres. Sí recordaba que su papá les daba mucho con el cinto a sus hermanos, así que los hombres podían hacerse de muchas formas, porque ella no permitía, por ejemplo, que Ricardo le diera con el cinto al Fede, aunque algunas veces se lo mereciera. En algún punto a Marta le resultaba extraño que su marido quisiera tanto sincerarse, cuando sabía que a ella le guardaba muchísimos secretos, entre ellos que iba a la florería de Julieta más seguido de lo que hacía falta, solo para mirarle el escote y hacerle algún chiste. También Ricardo escondía sus cartas a la madre, porque sabía que Marta las odiaba, a la madre y a la idea de que él siguiera escribiéndole cartas a una muerta. Pero en esto Ricardo se había puesto más firme que nunca, había que contarle la verdad al Fede.

A las cinco y diez llegó contento, su experimento con jabones había sido una de las cosas más visitadas de la feria y hasta había vendido los quince que había hecho para juntar plata y comprarse la PlayTres. No se la vio venir ni ahí, pero ni ahí, cuando se encontró a sus viejos sentados en el living con cara de circunstancia. Lo primero que pensó fue que le iban a decir que era adoptado. Siempre había fantaseado eso. Tener una familia diferente y mejor en algún lugar remoto del mundo lo entusiasmaba, le daría la excusa perfecta para irse de Chacabuco y viajar. Lo segundo que pensó fue que sus padres se separaban. El ya había visto a Ricardo con Julieta más de una vez en la florería. La tetona era más rápida que su mamá, pensaba Fede, así que seguro ya lo había engrampado al viejo con un pibe y chau picho. Lo tercero que pensó cuando los vio juntos fue que habían encontrado las revistas abajo de la cama. Pánico. Pero no. Ni en pedo se la vio venir el Fede. Ni ahí. 

-Hijo,  vení, acá con Papá tenemos que decirte algo- balbuceo Marta.
-¿Qué onda má? Tengo tarea- quiso escaparse el Fede.
-Sentate acá, pendejo- tiró duro Ricardo.
Fede se sentó en el sillón y respiró hondo. Ni un nesquick le habían dejado prepararse.
-¿Pasó algo malo?
-No, bueno, malo no, pero sí inesperado- dijo Marta, delicada.
-Vas a tener un hermano, carajo- gritó Ricardo- ¡Tu mamá está embarazada!
Fede abrió los ojos como el dos de oro. ¡¿What?! Imposible, si estos dos se llevan a las patadas, pensó, qué vida de mierda va a tener este nene.
-Qué divertido, ¡un bebé! – exclamó, y se fue a su habitación.

Por fin se lo habían sacado de encima. Fede sabía que tendría un hermanito. Le costaría aceptarlo al principio, pero después se acostumbraría. En su cuarto, el hasta entonces hijo menor de los Méndez agarró las revistas de abajo de la cama. Las abrazó y en un suspiro dijo:
-Pensé que les había pasado algo, mis chiquitas.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto

El Massachusetts Institute of Technology (MIT) seleccionó proyectos innovadores de jovenes rioplatenses con un criterio bastante polémico.


Columna de cine

Para La Buena Mesa

En connmemoración del día internacional contra la violencia de género repasamos algunas curiosidades del film "Refugiado" (Diego Lerman)


Anoche soñé conmigo


Pocas cosas menos controlables en esta vida que los sueños. Pocas cosas más curiosas que el experimento de los “sueños lúcidos”, una técnica que busca no solo que el durmiente controle lo que sucede durante el momento de mayor libertad de la psiquis sino que además, pretende trasladar esos deseos a la realidad. Es como si pudiéramos visualizar mientras dormimos lo que queremos que pase y que gracias a eso, finalmente, los anhelos se realicen.
Con estas premisas, Lúcido viene a contar la historia de Lucas, que sueña “lúcidamente” una y otra vez lo que le gustaría que suceda y no: que su familia no sea disfuncional, sus parientes no se lleven a las patadas y él sea feliz. Lo hace por prescripción de su psicólogo, quien también le indica algunas otras “tareas” para sobrevivir al trauma que desde chico lo atosiga: su hermana le donó un riñón y le salvó la vida.

En su debut como director, Matías Gómez pone en escena la obra de Rafael Spregelburd con una soltura interesante para congeniar una constante confusión entre lo real y lo onírico, lo trágico y lo cómico y fundamentalmente el pasado y el presente. Esa confusión sigue hasta en la sinopsis, que es bastante engañosa: “Cuando eran niños, Lucrecia le donó a su hermano menor Lucas su riñón. Luego de 15 años, vuelve a la casa de su madre, Teté, con quién aún vive su hermano. Llega con el propósito de hacer un reclamo que quedó pendiente del pasado”, dice la ficha. Sin embargo, el problema del trasplante es una mera excusa para indagar en muchas otras aristas de las lógicas familiares: la sobreprotección, las crisis permanentes y la incompatibilidad de caracteres entre quienes deberían quererse son algunos de los problemas que plantea esta obra. Lo hace desde un discurso super desacartonado y no por eso menos contundente, indagando tanto en las condiciones del tratamiento psicoanalítico como en los rencores familiares que se acarrean con los años.

Premiada internacionalmente en puestas anteriores, presentada originalmente en España y con un elenco que se luce en varios papeles a la vez, esta nueva edición de Lúcido parece querer contarnos lo que ya sabemos pero que nunca viene mal recordar: qué lindo que es soñar, soñar no cuesta nada.

Ficha artístico técnica
Actúan: Gabriela Colombo (Teté), Ricardo Torre (Lucas), Natacha Fornos (Lucrecia); Luciano Fonte (Dario).
Autor: Rafael Spregelburd
Dirección: Matías Gomez
Asistente de dirección: Felipe Castro
Escenografía: Mariela Barros
Producción: Melanie Teveles
Prensa: Paula Rey
Música original e intérprete: Mariano Engel
Fotografía: Gabriela Caruso
Diseño: Pablo Pons
TALLER DEL ANGEL
Mario Bravo 1239 – CABA
Reservas: 4963-1571
Entrada: $ 100,00
Viernes – 23:00 hs – Hasta el 21/11/2014

jueves, 20 de noviembre de 2014

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto

A partir del estreno de "2/11: Día de los muertos" repasamos las nuevas tendencias de los realizadores nacionales de irse para el lado del cine clase b y el género.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto (FM La Tribu 88.7)

A partir de que la legislatura porteña nombró a Nik como personalidad destacada de la cultura, repasamos algunas tendencias en dibujo y arte nacional. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto (FM La Tribu)

A partir del estreno de "Refugiado" de Diego Lerman, repasamos la problemática de la violencia de género en nuestro país y cómo se gestó este film a partir de un caso real. 

martes, 4 de noviembre de 2014