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martes, 20 de enero de 2015

ChacaPeaks: Laberinto

Para Diario Cuatro Palabras


---------- Mensaje enviado ----------
De: Sofía Costas <soficostas@gmail.com>
Fecha: 15 de enero de 2015, 5:17
Asunto: última
Para: claudiarodriguez@gmail.com

Clau: Te escribo sin pensar bien qué estoy haciendo, pero vos viste cómo es, a veces escribir es lo único que calma. Tengo miedo de que Pablo me hackee todo otra vez, así que ni bien mando esto lo borro, pero te pido que vos lo guardes porque seguramente me hará bien leerlo más adelante.

Esta es la última, Clau, no puedo más. Sé que lo hablamos mil veces y vos siempre me dijiste lo mismo, que del laberinto se sale por arriba, pero yo tenía (o tengo) demasiado miedo y culpa como para encima de provocar este desastre, irme así. Porque sí, creo que mucho de lo que pasa entre nosotros es mi responsabilidad. Que estos cinco años con Pablo fueron el tiempo que me tenía que tomar para pagar las culpas de lo que le hice a Maxi, que cada uno de los golpes de Pablo en algún lugar me los merezco, me los busqué. 

Pero lo de ayer fue el colmo, me saturó. Fuimos a cenar a lo de Virginia y me encontré con un compa de la facultad que hacía mil años no veía. Estaba re lindo y no me lo esperaba encontrar así. Nos pusimos a charlar y pegamos onda toda la noche. Pablo directamente me dejó de hablar. Cuando lo buscaba con la mirada me lanzaba una de esas de “En casa ya vas a ver”. Pero no me importó, seguí hablando con mi compañero, le conté de mis alumnitos, nos reímos mucho. Me recomendó un par de autores y me alentó para que deje el colegio y me largue a escribir. Pablo escuchó todo y si bien no metió bocado me imagino que pensaba “Esta idiota qué va a escribir si no puede terminar un cuento hace quince años”. No te digo que me gustó el pibe (que encima estaba con una nenita chiquita, hermosa, de tres meses), pero lo que sí me gustó fue lo bien que me trató. Me di cuenta de lo rápido que una se acostumbra a que la traten de una manera y lo reconfortante que es que de pronto alguien vea algo en vos que nadie más había visto. Ya en el auto fue cualquiera. Ese silencio que antecede el temporal, ¿viste? De lo que pasó en casa no te voy a contar detalles, pero fue más de lo mismo. Me fui a dormir llorando, como siempre. Bueh, dormir es un decir. 

Ahora son las 5AM. El duerme. Me estoy yendo a Retiro. Voy a pasar lo que queda del verano a la casa de mi tía Rosa, en Chacabuco. No pienso dejarle la dirección a Pablo aunque sí me llevo el celular, pero ni loca lo atiendo. Te pido por favor que si te llama no le digas nada y de vuelta, como siempre, gracias por leerme.
Te quiero,
Beso,
S.

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