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viernes, 14 de abril de 2023

Un cuento x semana #27: Perdices


1.
Bastante tengo con casarme como para encima aguantar a mis padres. No, de ninguna manera voy a invitarlos a la boda, de ninguna manera les voy a permitir arruinar un día que ya de por sí estará arruinado con mis nervios, los nervios de Joaquín, de sus padres, de todos. No. Mamá es peronista y papá radical, mamá es de los Beatles y papá de los Stones, mamá es de Charly y papá de Spinetta. No hay manera de que los junte, no hay forma en la que esas dos galaxias vayan a tocarse. No, no y no.  

2.
Nunca pensé que mi hija se casaría, nunca imaginé que fuera un deseo que tuviera, de hecho. Es de otra generación, eso de casarse. Yo lo hice porque era lo que había que hacer, y además Ricardo me había dicho, después de 5 años de novios, “O nos casamos o nos separamos” y yo pensé, bueno, todas mis amigas ya están casadas, mis viejos se van a poner contentos, que más da, todos seremos felices. Además pensé "no voy a tener que abortar más, espero, ahora que es legal que no nos cuidemos, ahora que sería casi ilegal que nos cuidáramos, vamos a tener familia, vamos a estar juntos, vamos a estar bien".

3.
Qué emoción, mi hija casada. Qué emoción, mi única hija mujer, casada. Qué viejo que estoy, che. Nunca me imaginé igual que Vero quisiera casarse, con el ejemplo nefasto que le dimos como divorciados, debe haberlo pensado mucho. A fin de cuentas lo único que te garantiza un casamiento es un divorcio, quiero decir, la única garantía que tenés de divorciarte es solo si te casas antes. No sé, no la veo a Vero casada, no va mucho con ella, me parece. Será uno de esos milagros que obra el amor, andá a saber. Igual no sé qué me sorprende más, si que se case o que se case con un ingeniero industrial o que se case conmigo y su madre presentes. Porque me imagino que la invitó a Claudia, no se lo pregunté pero cae de maduro que la invitó, quiero decir, no hay otra posibilidad.

4.
Los padres de Vero siempre se llevaron como el culo, siempre.  No tenemos registros, salvo algunas fotos viejísimas, de que se hayan llevado de otra forma, aunque al final estuvieron como 14 años juntos, entre noviazgo y matrimonio. Entiendo que después de tanto tiempo que ellos dos se odien para ella es como un fenómeno de la naturaleza, como que el día es día y la noche noche. Y entiendo también que le resulte imposible pensar que alguna vez estuvieran bien juntos porque se separaron antes de que ella pudiera generar memoria, de verdad lo entiendo. Pero me parece un exceso no invitar a ninguno de los dos a la boda porque si invita a uno el otro se va a poner celoso y si los invita a los dos se vayan a agarrar a las puteadas. Si los dos la quieren, si los dos están orgullosos de ella.

5.
Por la plata, yo lo hago por la plata, mirá si a mí me va a interesar que me digan “Señora”. A mí me da igual que me digan señora, señorita, señor, doña, don o como quieran decirme. Joaquín tiene mas plata de la que soñé en toda mi vida y eso es todo. Antes de que se case con otra mejor que se case conmigo. Sí, lo quiero, pero es ingeniero, tampoco que a un ingeniero se lo puede amar así apasionadamente, no sé. No me da culpa, ojo, también se puede querer mucho al dinero. Si el amor es una construcción, como todos dicen,  para construir hay que comprar el terreno, los materiales, hay que pagarle al arquitecto, a los obreros, en fin. Quizás un poco se me pegó la forma de pensar de él, puede ser, ahora mido todo mucho más, calculo, controlo daños.

6.
¿Cómo que no me va a invitar a la fiesta de la boda? No puede ser. Si me dijo que se casaba es obvio que me va a invitar, faltaría más, su madre, su única madre. Y ahora me entero por Marisa que me dice que le llegó la invitación a la fiesta y yo no tengo ni idea de cuándo es. Quizás Marisa volvió con los antidepresivos y eso la trastorna, sí, tiene que ser eso porque es imposible que Vero se vaya a casar y no me diga nada, me diga solo eso, “Me voy a casar, beso”. Y ahora me entero de que va a hacer una fiesta y no estoy invitada. ¿Qué carajo quiere decir? ¿Mi hija me odia? ¿Tan mal la crié? ¿Tan fracasada soy?. Seguro es por Ricardo, seguro cree que Ricardo va a ir con la yegua de la mina y yo no me lo voy a bancar. Obvio que no me lo voy a bancar, pero bueno, tomaré antidepresivos yo también, qué tanto.

7.
Resulta que no estoy invitado a la boda de mi primogénita. Me lo dijo mi yerno, bueno, mi futuro yerno, que en realidad estoy invitado pero de sorpresa, dice, que Vero nos quiere ver ahí pero no se anima a juntarnos con Claudia en una misma habitación, por miedo. A mí me da igual, la verdad, verla a Claudia o no verla, aunque sí un poco de curiosidad me da, ver si está vieja, gorda, si consiguió a alguien para ir o va sola como siempre. Capaz ni va, para no verme a mí. Yo voy a ir, sí o sí.  

8.
No sé si hice bien o mal pero los invité a los dos. A fin de cuentas son parte de mi familia, ahora, también. No le voy a decir a Vero porque se va a poner como loca, pero que sus padres van a estar, van a estar. Dejemos que las cosas fluyan y listo. En definitiva son dos personas adultas, civilizadas ¿qué problema puede haber?. Yo entiendo que ella tenga miedo, pero ¿Cómo no van a estar sus padres en el día más importante de nuestras vidas? ¿Cómo lo van a arruinar peleándose? Los sentamos lejos y listo, no va a pasar nada, va a estar todo bien.

9.
Lo de la boda fue un espectáculo lamentable, la verdad, yo como prima que soy de la novia me sorprendió que los hubiera invitado a los dos, digo, en el mismo espacio, dos personas tan distintas, que se llevan tan mal, que no logran ponerse de acuerdo ni para elegir qué vino tomar, dios mío, pobre Vero, terminaron todos en la comisaria, un delirio. Menos mal que empecé con la medicación nueva que me hace ver todo diferente, que me hizo poder ir a una de las mejores bodas de mi vida, porque sin la medicación no podría ir ni a la esquina y además ahora me lo tomo todo a risa, mejor así. Fue realmente un espectáculo: la comida, la música, los animadores, mucha plata, muchísima plata. Lástima lo del incendio. Bueno, lógico, donde hubo fuego, jeje.

10.
Quiero el divorcio. Ahora, a 48hs de casarme ya quiero el divorcio. ¿Cómo este pelotudo va a invitar a mis viejos sin avisarme? ¿Pero quién se cree que es? Si yo sé que estos dos no pueden estar en la misma habitación desde 1990. Si yo lo sabía, sabía que íbamos a terminar así, siempre terminamos así: las puteadas, los reproches, los abortos, el casamiento forzado, un manotazo, la tendencia piro maníaca de mamá. Siempre igual estos dos, siempre lo mismo. Siempre me arruinan todo, la vida, la boda, todo. Pasan los años y siguen tan enamorados como siempre, es insoportable.

Ojalá quisiera realmente el divorcio.
Ojalá odiara tanto a Joaquín como se odian estos dos.
Ojalá alguna vez pueda amar a alguien tanto como se odian mis padres.
Ojalá.

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