Sentime bien Rosa, no te lo puedo explicar dos veces que me
va a dar un infarto. Sentate primero, porque esto es de la telenovela, querida,
qué querés que te diga. De primera mano
te tengo la información, encima, recién se fue la chiquita esta, la mujer de
Ortega que trabaja en la comisaria, se vino a medir para un casamiento y me
dijo todo, Rosa, todo me dijo. Yo me voy a tener que tomar un triple tilo con
manzanilla porque estoy que me descompongo. Escuchá, fue así, la Méndez se fue
para Córdoba, a lo de la hermana, hace como un mes. Y volvió, lo mató y se volvió
a ir hasta ayer que vino a confesarle todo al Dr. Mussetti. Yo te juro, Rosa,
te juro que si me decías que había sido la desequilibrada de Artusi, o la ligerita
de Susana, bueno, no me asombraba. Pero Marta, lo mató Marta. Sentime bien
Rosa: ¡¡lo apuñaló 15 veces con un Tramontina!! Y dice que dijo que el bebito
que perdió era de él, y se ve que eso la afectó, es como yo digo, si Dios te
manda vida y te la quita es porque sabe que hay mal en tu corazón. Pero oíme
bien, porque esto sí que es para que la protagonice Alfredo Alcón, pero ya sé
que se murió Rosa, es una manera de decir, todo te tengo que explicar, todo. Es
que es como para una novela, parece que no solamente el hijito que perdió era
de Ipazaguirre, ¡¡¡el Fede también, Rosa!!! Es así, palabra, le hice jurar a la
chica Ortega que no mentía y le dio besos a los deditos, así que es así. Marta
le puso los cuernos a Ricardo hace 16 años y le metió el hijito de la chanchada
en la propia casa, ¿podés creer? Yo no lo puedo creer, quedé conmocionada, si
tenía que medirle a la chica y me temblaba la mano, voy a tener que llamarla de
nuevo porque seguro me quedó un espanto. Pero sí Rosa, sí, a ver si me oís
bien: Marta Méndez confesó el crimen de Ipazaguirre, dijo que se vino de
Córdoba para hablar con él y contarle lo
del Fede, que el tipo se sacó, que le dijo que no lo iba a reconocer, y que era
una puta dice que le dijo. Y parece que ahí fue donde lo mató, porque se conoce
que la pobre estaba enamorada, que le dolió que le dijera eso. Aunque más bien
que un poco puta es, ¿no?, ya que te vas a andar revolcando por ahí querida
aunque sea tomá tus precauciones, pero claro, si no es como cuando nosotras éramos
jóvenes Rosa, ya sé que no es una chica la Méndez pero qué querés que te diga, estoy
pasmada, Rosa, pas-ma-da. Mirá, mejor venite a casa porque entre que no oís
bien y yo estoy así de nerviosa, dale, pongo la pava, traete unos bizcochos.
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