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lunes, 7 de septiembre de 2015

ChacaPeaks: Heráclito

Para Diario Cuatro Palabras



Es difícil, piensa Laura mientras repasa para el examen trimestral de química, decidir quién es uno. Es difícil porque uno no es siempre uno, uno es muchos. Uno no tiene, como las moléculas de las sustancias, componentes estáticos. Dos de hidrógeno, uno de oxígeno, listo, agua, ya está. Las moléculas de uno están en constante movimiento, en constante cambio, en permanente transformación. No hay tal cosa como la esencia de nada, ni de nadie. Si yo tuviera que escribir la formula de mí misma, piensa Laura, ya cansada de estudiar para el examen, no sabría ni cuántos átomos debería poner, ni de qué elementos, ni en qué proporción. 

Todo por culpa de Santiago Ramírez, que volvió. Que le dijo que aunque se hubiera ido y hubiera vuelto –pero no por ella- la seguía queriendo como antes de irse, como cuando eran novios y antes de que le pegara a Fede Méndez porque pensó que ahora él era su novio. Santiago volvió y dice que es el mismo pero es otro, piensa Laura mientras no sabe qué es ser “uno mismo” así que a duras penas podría entender qué significa ser “el mismo”. Lo que sí sabe es que Santiago y Fede no son el mismo. Pero los quiere a los dos. Quizás haya varias de sus células destinadas a cada uno, moléculas que se orientan hacia uno y moléculas que se orientan hacia el otro. Lo que es seguro es que ellos dos no son los mismos que en el verano, cuando Santiago Ramírez la dejó para irse a jugar a River y tenía papá y Fede Méndez iba a tener un hermanito. Ahora Santiago no tiene papá y la mamá de Fede perdió el embarazo. Pero después de haber besado a los dos, ella tiene que decidir con quién se queda, si es que se queda con alguno, aunque en realidad sus moléculas, células, átomos, protones y electrones miren la mitad para un lado y la mitad para el otro.

Aburrida y abrumada por la metafísica de sus pensamientos, cansadísima de estudiar para el examen, Laura dibuja pequeñas células en la carpeta. Llama a Santiago y le dice que no, que no va a ser su novia de nuevo porque “Las cosas no cambian, cambiamos nosotros”. No está muy segura de lo que significa eso, pero cree que suena bien la frase. Santiago intenta convencerla, en vano. Ella lo deja hablar mientras dibuja sin pensar en la carpeta. Ni bien corta le escribe un mensaje a Fede: “¿Quién me dijiste que dijo que nadie se baña dos veces en el mismo río?”


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