Buscar este blog

lunes, 1 de junio de 2015

Maten al mensajero: "Nuevas formas de contar y escribir"

Para Notas

Según el último censo de la Asociación de Revistas Culturales Argentinas (Arecia), hay más de 300 publicaciones culturales en el país que vienen mostrando formas alternativas de encarar la comunicación. Entre ellas, se destacan las que apuestan no solamente al papel como forma de distribución masiva en lugar de la web, sino a nuevas voces y nuevos encuadres.
“Maten al Mensajero” (MAM) es una revista bimestral gestada desde 2013 a partir de convocatorias a través de redes sociales y una campaña en la plataforma de financiamiento colectivo Idea.me, que vio la luz en mayo de 2014. Se centra en publicar textos inéditos de literatura en un espectro amplio que va desde las novelas por entrega, las aguafuertes o la microficción, pero que también incluye otras formas de narrativa como la historieta o la fotografía. Y aunque alejados a propósito de la coyuntura y la crítica cultural, este universo puede albergar un “biocómic” sobre Rodolfo Walsh o un folletín de no ficción sobre Silvia Suppo, una ex detenida-desaparecida asesinada en Rafaela en 2010.
A la par, la originalidad de esta nueva propuesta no está dada solamente por los formatos narrativos que difunde sino también por la búsqueda de nuevas voces fuera de Buenos Aires. En MAM se selecciona literatura de todo el país, con una clara visión federal. En este sentido, su director, Santiago Kahn, explica: “En Argentina hay una inmensa cantidad de gente talentosa escribiendo, dibujando, fotografiando y nos motiva mucho poder ser un trampolín para que esas maneras de contar lleguen a cada vez más gente”.
A la vez, la apuesta sigue creciendo: “Queremos que la sección vaya rotando cada número por una región o provincia del país, siendo un poco baqueanos y mostrando que existe un mundo enorme de autores que están escribiendo y que quizás no tienen suficiente difusión en otros lugares”.
El sentido federal se refuerza también con la distribución, ese gran problema de las publicaciones independientes. Con más de cincuenta puntos de venta en todo el país y en Uruguay, MAM aspira a largo plazo es poder cubrir todo el territorio nacional y aumentar sus suscripciones, con eje en un lector que pueda aparecer en cualquier parte.
“¿Qué tiene en común un pibe en La Plata que la compra en una comiquería con una suscriptora que la recibe por correo en Puerto Madryn? ¿Qué comparten el que la compra en un puesto de diarios de la línea B de subtes con la que la consigue en una librería de Mendoza?”, pregunta Kahn y responde: “Para nosotros, tienen en común esa pasión por la lectura y una apertura a nuevas formas de contar y escribir”.
El componente visual aparece también como un plus en MAM, reflejo de una forma de acceder a los contenidos que resiste aún en tiempos de internet, en los que el papel empieza a adquirir un valor diferencial, casi vintage. En ese sentido, MAM apuesta alto no solamente con el arte de tapa, singularísimo e intrigante en todos los casos, sino con la estética global de la revista.
Según Kahn, esto forma parte de una “obsesión” editorial. “La revista tiene que ser un objeto bello, atractivo visualmente y -en nuestro caso- con esa pincelada medio retro, ese olor a viejo-pero-nuevo que tiene elegir formas de contar o maneras de ilustrar un relato que no son las que habitualmente se ven en la gráfica nacional”, explica.

Facebook: Maten al mensajero
Twitter: @matenlo

No hay comentarios:

Publicar un comentario