Recomendamos algunas series políticas para llenar el vacío que dejó
el genial Kevin Spacey luego del final de la segunda temporada de House
of Cards. Primera entrega de una serie de notas para superar el síndrome
de abstinencia.
El fenómeno de Netflix dejó el sabor amargo de la gula: todos los
capítulos de la segunda temporada se escurrieron en un par de días,
semanas o meses. Ahora hasta febrero de 2015 no habrá noticias del
genial y maquiavélico Underwood. ¿Qué hacer mientras Frank descansa?
Tratar de conquistar el mundo, pues.
La miniserie inglesa que le da origen a la serie de Netflix fue
emitida por la BBC y está escrita por Michael Dobbs, que no sólo asesoró
a Margaret Thatcher durante más de diez años sino que se convirtió en
el hombre fuerte del Partido Conservador luego de que la Dama de Hierro
dejara el poder. Hasta ahora mucho de lo que sucede en la serie
norteamericana es copia fiel de esta versión inglesa, así que es posible
que se spoileen a sí mismos el final de la serie de Spacey, cuidado.
Borgen (2010)
Esta producción danesa muestra el ascenso de una diputada moderada a
primera ministra del reino de Dinamarca. Tras su llegada al poder,
Birgitte Nyborg debe hacer frente a una difícil coalición de gobierno,
los problemas de la inexperiencia política y la difícil relación con los
medios de comunicación. Casualmente después de la emisión de la tira,
en 2011, Helle Thorning-Schmid, se convertía en primera ministra en
Dinamarca. Nada más turbio que el detrás de escena de los prolijos y
medidos nórdicos.
The Wire (2002)
Cinco series en una o la mejor crónica de la debacle post capitalismo
industrial, The Wire muestra con crudeza los diferentes aspectos
(drogas, puerto, prensa, política y educación) de Baltimore, la ciudad
norteamericana con mayor índice de pobreza, marginación y delincuencia
del país. El autor David Simon es un antiguo reportero de The Baltimore
Sun especializado en crónica policial y durante años cubrió en primera
persona la actividad criminal de la ciudad. El verdadero EEUU, ese que
no quieren mostrarnos en las películas, todo junto y por cinco.
The West Wing (1999)
LA serie política por definición, tiene la velocidad del guionista Aaron
Sorkin (A Few Good Men, The Social Network) y más de 20 Emmys en su
haber. Sigue los pasos del presidente Josiah Bartlet, con un dejo a la
sombra de su correligionario demócrata Bill Clinton, pero reconstruye
muy bien las idas y vueltas de los asesores, ministros y becarios de la
Casa Blanca. Puede resultar un poco tibia para los seguidores
underwoodistas, pero no deja de cumplirse el mantra de “para combatirlos
hay que conocerlos”.
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