Escape a Plutón, iniciativa del escritor y periodista Martín Jali, es un
“club” de recomendaciones y envíos postales de literatura, con énfasis
en autores emergentes.
En 2006, la Unión Astronómica Internacional decretó que por su tamaño
Plutón no debía ser considerado un planeta y así la masa celeste
ubicada a más de cinco millones de kilómetros de la Tierra abandonó su
status dentro del Sistema Solar. Sin embargo, el imaginario popular
insiste en reivindicarlo. Es en esa clave que Escape a Plutón
(EP), un “club de libros” fundado en 2012 por el escritor y periodista
Martín Jali, viene a jugar con la idea de que la mejor manera de
evadirse de la realidad es la literatura. Con más de noventa
suscriptores en todo el país, Jali desafía las leyes del mercado
cultural, que sentencia que los libros se venden a partir de las reglas
del marketing, las modas de las sagas o las agendas mediáticas, y
selecciona cada mes autores tan diversos como Clarice Lispector, Kurt
Vonnegut, Fabián Casas o Jack Kerouac para hacer de la lectura un
vertiginoso viaje a lo desconocido.
El emprendimiento nace a partir de un viejo trauma infantil. Jali
nació y vivió muchos años en San Justo, donde le resultaba difícil
encontrar la literatura que buscaba. Con este recuerdo, años más tarde
organizó el “club de lectores más salvaje del mundo”, en el que cada mes
selecciona un libro y lo distribuye a todo el país. “En el conurbano
hay un vacío y muchos textos no llegan, así que la génesis del proyecto
fue ver de qué manera federalizar el acceso a ciertos libros”, explica.
Con Internet de aliado y una cadena de distribución federal vía Cámara
Argentina del Libro y Correo Argentino, ejemplares “raros” llegan a
muchos lugares donde la literatura es patrimonio de las grandes cadenas
de librerías. Sobre el rango etario de los participantes, los
plutonianos tienen entre 19 y 77 años, lo cual desafía los prejuicios de
que los jóvenes no leen y que la televisión e Internet aniquilaron la
lectura.
¿Qué libros distribuye EP? La selección es una de las cuestiones más
interesantes del proyecto, ya que viene también a revisar la sagrada
relación entre lector y librero, en decadencia a partir de la imposición
de las mega librerías. “Ahora se edita mucho pero el librero lentamente
fue desapareciendo. Eso me impulsó a ver cómo recuperar un espacio de
recomendaciones”, explica Jali, que se considera a sí mismo un
“curador”. Ahí se establece entre los plutonianos una relación de
confianza con un desconocido, lo cual es parte de la magia del asunto.
“Nuestra marca registrada es que cada mes elijamos cosas distintas, que
sea arriesgado, que si vos no leés cómics, de pronto te llegue uno a tu
casa y veas qué onda”, distingue. También hay una intencionalidad puesta
en la intertextualidad: “La idea es que sean textos contemporáneos pero
con cruces con el cine, la música y el teatro”. Si bien el ojo está
puesto en la literatura contemporánea en general, hay un énfasis en
autores argentinos jóvenes, quizás desconocidos para el público masivo.
Parte de esta lógica de mostrar lo que no se ve se vincula también con
emprendimientos de autogestión. “En estos últimos diez años se ha armado
un panorama muy rico de pequeñas editoriales independientes que
rescatamos y que tienen un circuito interesante en ferias, librerías y
autores”, cuenta Jali, pero distingue:”También hay editoriales grandes
que tienen colecciones de literatura argentina muy buenas que no tienen
la promoción correspondiente”.
De un sueño personal a una red de más de noventa socios en todo el
país, EP permite hacer verdad ese difícil reto de leer un libro por mes
pero también genera acercamientos insospechados. Ahora amigo de muchos
editores, Jali reconoce que a partir de las redes sociales, el boca a
boca y la entrega personalizada que hace él mismo de algunos ejemplares
se ha formado una red de plutonianos que no se imaginaba. Es que, aunque
lejano, pequeño y frío, Plutón sigue siendo un buen lugar donde
refugiarse de la rutina y el celular, un planeta —mal que le pese a la
Unión Astronómica Internacional— para leer lo insospechado.
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