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jueves, 6 de junio de 2013

Hacia una integración de la Cultura Viva comunitaria

Para Red Eco Alternativo





Entre el 17 y el 22 de mayo se realizó en La Paz el Primer Congreso de Cultura Viva Comunitaria, que nucleó más de 600  experiencias culturales de todo el continente, involucrando a 17 países. Al Encuentro llegaron 5 Caravanas Culturales de Carrozas y grupos culturales provenientes de Centroamérica, Brasil, Perú, Colombia y Argentina.





Definida como un conjunto de “experiencias ancladas en el territorio local o regional, que nacen desde la resistencia y la búsqueda de superación de las exclusiones y dominaciones de todo tipo”, la Cultura Viva Comunitaria está formada por artistas, militantes, estudiantes y voluntarios que entienden la creación como forma de lucha en todo el continente. “Somos experiencias que creemos firmemente en la posibilidad y en la necesidad de reconstruir la acción política y la sociedad en un nuevo paradigma que desde abajo de la sociedad recree el ejercicio del poder tanto del Estado, como de la sociedad civil, como de los partidos y movimientos políticos, comprometiéndonos a establecer relaciones más dinámicas, horizontales y democráticas entre todos”, explica la web de la plataforma que las nuclea y que también sirvió para promocionar y organizar el Congreso.

Si bien todos estos actores fueron conociéndose en diferentes foros y Cumbres internacionales, después de muchos años lograron juntarse en La Paz para reconocerse como un colectivo poderoso y lograr así instalar internacionalmente un reclamo específico: que los gobiernos otorguen el 0.1% de su presupuesto para financiar actividades vinculadas con los centros en los que trabajan.  Este pedido tiene su antecedente más directo en Brasil: en seis años, el Estado impulsó tres mil “puntos de cultura” y el trabajo de dos millones de personas, con 40 mil dólares anuales. Este sistema de integración entre proyectos artísticos y culturales implementados por distintos grupos sociales y el Estado tiene su replica en nuestro país, a partir de la creación del 2011 del Programa Nacional Puntos de Cultura, que actualmente necesita ser ampliado por el caudal de experiencias de este tipo que existen en nuestro territorio. En enero de este año se orientaba a 237 organizaciones pero la realidad es masiva: en el país funcionan más de 15 mil organizaciones de cultura viva comunitaria.

 

Con la fuerza del número y los objetivos claros, el Congreso fue un éxito: durante varios días en La Paz se vivió una verdadera fiesta de la cultura. Con el lema “tomar el cielo por asalto”, la primera actividad pública fue subir hasta  la Ciudad Satélite, en El Alto, con mucha música, color y alegría y realizar un “asalto poético”. En las palabras de Iván Nogales, coordinador del Congreso, “queremos re-significar el término asalto, en lugar de sacar, vamos devolver a la ciudad, a la población y a América Latina el derecho del vivir bien, del arte, del sueño y de la alegría. Transitando por las poéticas del sueño, de la rebeldía, de la muerte, de la memoria y del cuerpo”.

El documento de cierre del Encuentro deja claro que se han cumplido los objetivos: reconocerse, aprender, pero también exigir el lugar que les corresponde en el universo de políticas públicas. Allí se explica que “un gobierno sensible a las demandas sociales pavimenta el camino que abren las organizaciones (…) pero creemos que estas iniciativas deben estar guiadas por la práctica de la ciudadanía cultural y el fortalecimiento de los derechos culturales en la perspectiva de la democratización cultural”.


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