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viernes, 27 de enero de 2023

Un cuento por semana #16: Maquiavelo

1.-

Parece agua, dice agua, sabe a agua, pero no, lo que tiene Losorio en la botella es agua con Rivotril, o ya a esta altura podríamos decir que Rivotril con agua. A nadie le importa la proporción, aunque los que le pidan agua, a veces, crean que es un maleducado cuando les dice que no. Ellos qué saben, ellos qué entienden lo que es estar a una materia de ser abogado como papá. Ellos que crean lo que quieran, que crean que es hosco, arisco, mala onda, pero lo que en el fondo se están ahorrando es de estar dopados todo el día, como Losorio, que desde que descubrió el Rivotril líquido cambió de hábitos de estudio y de sueño y se convirtió al zen. Así anda, por los pasillos de la facultad, desde hace años, Manu Losorio, relajado, a un paso de ser lo que siempre odió ser: abogado como su papá. Los beneficios son tantos que ni los puede enumerar: cargo asegurado, cenas en lugares carísimos, secretarias que le chupan la pija, todo servidito, Losorio, con ese apellido. Tu papá juez y vos ahí, dopado, a punto de dar el último final. Encima esta mierda de Santino lo conoce a tu viejo, te la a va a hacer sudar, piensa a la mañana Manu, drogadísimo, mientras llega a la facultad y va repasando el código, ni sabe cuál. Leer código, piensa, como un hacker, mientras camina, Losorio, a un paso de ser lo que nunca va a dejar de ser: su papá.

Afuera del aula no hay nadie. Mintió, como buen abogado, dijo que se iba a recibir al día siguiente. No se iba a aguantar tener a mamá y a papá y a la mujer de papá y al macho de mamá, todos juntos, los hermanitos, los primitos, demasiada tensión pensó Manuel Losorio, a sus 23 años, drogado de Rivotril líquido, ese 12 de julio cuando entró a dar su último final en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

-¿Qué es la traición? – pregunta el profesor Santino.

-Eso que hace el que no avisa –contesta Losorio  canchereando.

Santino baja sus anteojos hasta la punta de la nariz. Tiene esas narices de borracho, rojísima, toda inflamada por quién sabe qué virus que une al alcohol con las papilas olfativas, entonces por más que quiere, no puede mirarlo del todo por arriba de sus gafas, sino que el marco le queda en la mitad del tabique haciendo una especie de juego de fondos y contrafondos que a Losorio le parece “alto flash” pero que solo genera más y más terror en esa escena. 


-Según Maquiavelo la traición es algo muy conciso, muy específico – señala el titular de la cátedra.

“Ni idea” piensa Losorio, “Ni idea, la puta madre si Maquiavelo no entraba”, repite Losorio o el Rivotril dentro de él o algo que está dentro de él que, caliente, ahora se expande como un magma por todo su cerebro y su cuello y lo hace decir:

-Desaprobame, por favor.

Santino lo mira fijo entre el anteojo, el ojo y el marco del anteojo. Le sostiene la mirada al hijo de su ex amigo, al hijo de su actual colega, al engendro que Losorio tuvo cuando él quería irse a Europa a levantarse rusitas y  el otro no va que se casa de apuro el muy mierda, y lo deja tirado en la mitad del hipismo y de la falopa perpetua de los ochenta para tener ahora de hijo a este pelotudo que encima que viene drogado a rendir examen lo pone entre la espada y la pared.

-Vení la próxima fecha, Losorio, no me hagas perder más el tiempo – le dice mientras le devuelve la libreta y se para, el titular de cátedra, el Sr. Juez de la Nación, el amiguito de su viejo.

2.-

Romi Medina va a ser médica porque eso es lo que pasa cuando una chica como ella se propone algo: sucede. Hay medios y hay fines, pero no hay sábados ni domingos ni feriados. Está el deseo, está ella y todo lo que pasa en el medio se disuelve como si se le tirara soda cáustica con una manguera de bombero.
Romi Medina va a ser médica y abrirá gente y le dirá a otra gente que la gente que abrió y que ellos querían está ahora a salvo y que no habrá que abrirlos más hasta que llegué otro que haya que abrir con otros parientes y así hasta el fin de los tiempos.

Romi Medina será médica porque ser médica no existe antes de que exista Romi Medina, todos los médicos que conoce y conoció en realidad son un holograma de ella misma en el futuro cuando sea finalmente la Doctora Romina Medina y pueda mirar a todos los roñosos con los que se crió en Lugano desde arriba de un guardapolvo blanco gigante que usará como alfombra voladora, plato volador o cualquier cosa que vuele pero que en definitiva la saqué del hueco donde nació y la lleve lejos de allí al cielo de Hipócrates.

Pero Romi Medina además tiene dos tetas para el infarto. Ahí están. Ahí las vemos. Nosotros y unos cuatrocientos mil usuarios más de la página de porno más famosa del mundo que gustan de la etiqueta “Revenge Porn”, esa categoría de videos amateurs en los que los chicos despechados suben videos de sus ex novias haciéndoles cositas lindas en el cuerpo sin que ellas consientan tales filmaciones y muchísimo menos estén al tanto de que esas películas están disponibles en la web para que el próximo empleador que googlee su nombre pueda acceder con rapidez a las maravillas de la anatomía al descubierto.

Romi Medina va a enterarse de que su ex novio subió un video de ella haciéndole sexo oral esa tarde en la casa del country cuando esté a punto de ir a dar su primera clase como ayudante de Patología, porque le llegará un mensaje de su compañera de cátedra que le dice que sus alumnos, unos quinientos estudiantes de segundo año, ya hicieron correr la voz por twitter y los foros internos de la facultad que “la Medina la chupa como nadie”.

Romi Medina entra a un aula con quinientos adolescentes enardecidos y ahora cuatrocientas mil quinientas views en la página de porno más famosa del mundo. El total de la clase se para cuando ella llega y rompe en un aplauso cerrado. Romi, haciéndose la que no sabe qué pasa, empieza a reírse histéricamente. Será la primera y última experiencia docente de su vida.

3.-

Clorinda Fontán vive en El Pato, Provincia de Buenos Aires, pero viaja diariamente dos horas en tren y colectivo para trabajar en la casa que por suerte consiguió cuando su esposo, que en paz descanse y el gauchito ampare en su gloria eterna, murió en un tiroteo de dudosos participantes y la dejó con más hijos que fuentes de ingreso. Y, como corresponde, ella volvió, como supo hacer cuando chica, a trabajar en casas de familia, que para mucho más pobrecita nunca le dio, aunque hubiera querido ir a la escuela y convertirse capaz en enfermera, por qué no. Pero no. No porque no. No, Clorinda, no, Cloti, no, no y no. Vos más vale trabajés de eso que podés y seguís adelante, no vaya a ser que. Qué. No. Cualquier cosa para Clorinda es no. Si fuera capaz ni, vaya y pase. Pero no. Hay gente para la que no: hay gente para la que sí y gente para la que no.

La que sí es la señora. La señora es todo sí. Aunque a veces cuando hable con el señor por teléfono sea meta no, no, a veces sí y a veces ni, porque el señor, a la señora, la agarra de noche bien tarde, cuando ella ya tomo más de lo que debería, aunque siempre discreta, se queda jugando a la computadora sola, escuchando Serrat, la señora, y ahí es cuando la llama el señor y ahí poray sí. Pero eso me entero cuando me cuenta la señora, porque yo nomás la veo cuando no. Cuando es de día y el señor la llama igual (la llama mucho el señor, se ve que la extraña aunque ande casado con otra) y ella meta no, no, que no, no, que dame plata, no, no. Se ve que un poco la señora también no. No solo yo no. Ella también no. Todos un poco no, capaz ¿no?

Lo que seguro no me veía venir fue lo que pasó con el nene, eso sí que fue un rotundo no, aunque rotundo mucho no entiendo bien si quiere decir que para nada no o más vale que no. Pero lo que seguro no fue lo que le pasó al chiquito. Cómo se puso la señora, cómo estaba esa tarde, y también, como para no. No, si lo que una ha de ver cuando trabaja en casa de familia queda en la familia. Pero no sé, no me explico cómo la señora pudo llamarlo al señor con esa tranquilidad, me dijo “estoy tranquila” me dijo, me acuerdo, yo justo estaba haciendo la platería, por eso me acuerdo que era jueves, porque los jueves me siento tranquila en el comedor y la hago siempre, me relaja la platería porque le doy le doy y de pronto pum escucho un ruidazo así como de un tiro y era un tiro nomás.

4.-

El juez Rodrigo Santino entra a su despacho en Tucumán 876 y lo recibe, atentísima, su secretaria Maribel. Es joven, alta, hermosa: impecable. Vestida a la moda y absolutamente cínica, como deben ser las chicas del poder judicial: preparadas para todo, sorprendidas de nada.

Sin embargo, esa mañana parece que algo perturba a Maribel. Santino lo nota enseguida.

-Bombón, ¿Qué tenés? – le pregunta el jefe rodeándole la cintura con la mano desde atrás, sintiendo como esos huesitos de las costillas se le hunden entre sus dedos grasosos, mediando entre ellos una camisa planchada con apresto, con olor a cuidados personales, clases de pilates, perfume carísimo.
Maribel lo mira fijo, saca su mano de la cintura y le dice:

-Al hijo del pelotudo de Losorio lo mató la ex novia ayer y no va que tenemos la puta suerte que nos cayó el caso a nosotros. 

Santino apenas logra sentarse en su escritorio cuando vuelve hacia él la imagen de un Maquiavelo flaco, huesudo, narigón. 

-¿Qué es la traición? – atina a decir, pero Maribel no lo escucha, porque ya estaba en la otra habitación buscando los legajos del caso. 

Cuando vuelve, cierra la puerta del despacho y se apoya sobre ella. Mira al juez y sabe que tiene por delante una larga jornada.
Suelta, risueña, la primera pregunta del día:
-¿Sabés algo de revenge porn, vos?

viernes, 20 de enero de 2023

Un cuento x semana #15: La cigueña

Una cigüeña iba cruzando el desierto en dirección al norte. Estaba sedienta y empezó a buscar agua. Cuando llegó a las montañas de Khang el Ghar, vio una charca al pie de una cañada. Descendió volando por entre las rocas y se posó a la orilla del agua. Luego avanzó y bebió. En aquel momento llegó cojeando una hiena y, viendo a la cigüeña de pie en el agua, dijo:

-Por fin alguien para charlar, bienvenida a mi lugar en el mundo.

La cigüeña sabía que las hienas tenían mala fama pero en realidad solo respondían a su instinto asesino, no había verdadero mal en su corazón. Entendió que esta hiena era del tipo embaucadora ni bien la vio, y le siguió la corriente aunque con desconfianza.

-Muchas gracias, estoy agotada.

-¿Vienes de muy lejos? – dijo la hiena acercándose.

La cigüeña también sabía que si la hiena orinaba sobre alguien, el orín tenía el poder de hacer que cualquiera la siguiera a cualquier parte, así que mientras le respondía se alejó con sutileza. No quería que los prejuicios sobre especies que apenas conocía le impidieran hacer una amiga en ese largo viaje que había emprendido, pero a la vez entendía que estaba jugando un papel en una escena, casi a nivel de fabula para niños.

-Más o menos, voy hacia el norte –contestó.

La hiena entendió el movimiento de la cigüeña como una señal de prevención. Había oído que las cigüeñas suelen trabajar con el sentimentalismo del resto de los animales, por todo el asunto del bebé, París, etc. Se contaba además que nunca viajaban solas y temía que a esos ademanes ingenuos del ave le siguiera una horda de cigüeñas asesinas. Pero también entendía que estaba jugando un papel en una escena, muy cerca de las fabulas para niños, así que olvidó su miedo y siguió acercándose.

-No te alejes, por favor –le dijo- no sabés lo sola que me siento, aquí en Khang el Ghar no hay muchos animales para charlar y en el silencio siempre me consumen los pensamientos.

La cigüeña la vio venir, extendió las alas y las batió para salir de la lagunita. En la orilla correteó rápidamente hacia adelante y se elevó en el aire. Describió un círculo por encima de la charca, mirando a la hiena.

-Me dijeron que no debo acercarme a animales mágicos -dijo- he oído que tienes la vejiga llena de magia.

Dicha la palabra “magia”, la hiena empezó a llorar desconsoladamente.

-Ojalá fuera así, querida amiga, me he quedado sin poderes, me los han quitado para siempre.

Desorientada, la cigüeña entendió que lo que estaba viendo no era más que un pase de magia, pero de la magia verbal, teatral, inocua en apariencia pero sutilmente asesina. Primero se victimizan y luego atacan, pensó. Pero siguió haciendo su papel, porque así es como se educa a los niños. Se posó en una roca y desde allí le habló:

-¿Entonces admites que las hienas tienen poderes?

La bestia seguía lagrimeando, pero acongojada relató:

-Hace unos meses vino una cigüeña, como tú, y empezó a provocarme con que era un ogro y una aberración de la naturaleza. Me hizo muchísimo daño psicológico, me hizo creer que no merecía estar viva.

-Entonces te la comiste  -dedujo la cigüeña.

-Ni bien pude, ya sabés cómo es esto del instinto, no es que uno lo racionaliza o puede decir “ahora sí, ahora no”, es simplemente animal.

La cigüeña asintió con la cabeza e hizo silencio como para que la hiena se sintiera cómoda y pudiera seguir contando la anécdota.

-Bueno, también debes saber que son los mismos los que dicen que soy malvada que los que dicen que la cigüeña es santa ¿verdad?

La cigüeña repitió el movimiento de su cabeza y la levantó como con un halo de superioridad moral. Lógicamente eran los mismos los que decían las dos cosas, gente a la que le gusta dividir al mundo entre santos y malditos, buenos y malos, tontos e inteligentes, pensó, pero no dijo nada. La hiena siguió:

-En el preciso momento en el que terminé de comerla, algo en mí mutó y dejé de ser malvada, su carne me purificó y mi orín ahora es santo.

La  cigüeña desconfió de la santidad del orín de la hiena, pero sintió compasión por ella, que no solo creía en la magia buena sino también en la magia mala. Dijo con solemnidad:

-Por favor, no digas estupideces, no existe tal cosa como la santidad de mi especie, somos una manga de imbéciles que nos pasamos la vida adornando tarjetas de felicitación de embarazos de seres humanos. ¿A quién se le ocurrió que voy a llevar una sábana colgada durante mi migración anual? Y ahí estamos, reproduciendo el cliché por los siglos de los siglos.

La hiena rió tan inexplicablemente como había comenzado a llorar.

-Y la lista de sinsentidos sigue: no tenemos hogar pero somos monógamas, tenemos un pico gigante bueno para nada y somos ese híbrido intermedio entre la gaviota y el pelícano. Santidad, sí, Dios nos debe haber dado la santidad porque no tenemos otra cosa para ofrecerle a este mundo.

La risa de la hiena se hacía más y más fuerte. Había funcionado la mentira de la cigüeña anterior. Sabía cómo se hacía a la perfección: dorar la píldora, dar lástima, generar culpa y listo. “Cuando le hacés creer a la víctima que es tu victimario, ella solita se pone en tu plato”, recordaba que le había contado un lobo.

La cigüeña notó que anochecía y dijo:

-Ahora ha llegado la noche. Debo seguir mi camino.

Abrió las alas y empezó a volar desde la roca donde se había posado. La hiena escuchaba. Oyó cómo las alas de la cigüeña batían lentamente el aire y, de pronto, el ruido del cuerpo de la cigüeña cuando chocaba contra el acantilado al otro lado de la cañada. Escaló sobre las rocas y encontró a la cigüeña.

-No volveré a caer en esta treta – le dijo la hiena – maldita embustera.

-¿De qué hablas? Por favor ayúdame, ¿no ves que me lastimé? Llévame a tu casa, por favor.

-Si no te hubieras quedado hablando mal de tu propia especie, esto no habría pasado ¿lo notaste?

-Por favor, sólo quería convencerte de que no era peligrosa, no es que me pavoneé ni nada, eso es para los patos, el pico se me haga a un lado.

-Pensaste primero en vos, siempre piensas en vos, nunca consideras al otro. Ahora no pienso ayudarte, voy a hacer como vos y pensar en mí.

La hiena se alejó a su cueva. Su plan estaba saliendo a la perfección. Solo quedaba esperar.

Al día siguiente volvió y vio a la cigüeña muerta. Probablemente otra de sus compañeras de especie había hecho el trabajo sucio. Bien por ellas, si había algo que sabían hacer era trabajar en equipo. Se dedicó a arrastrar el cuerpo muerto de la cigüeña hacia su cueva. Para cuando la otra hiena volviera por su banquete, quedarían apenas unas plumas secas.

Días más tarde se presentó en su cueva una jauría de unas doscientas hienas. A algunas las conocía y a otras no. Todas estaban enloquecidas buscando a la cigüeña, su asesina juraba que desde que la había matado había entendido el sentido de la existencia, que era una santa, una elegida de Dios.

La hiena intentó luchar contra ellas pero fue imposible. Una vez que la mataron, el resto de las fieras logró entrar a la cueva y dar con la cigüeña. Rodearon su cadáver y se reclinaron en señal de veneración. Una de ellas dijo en voz baja: Ave María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores. El resto de las hienas siguió la oración: Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad.

jueves, 12 de enero de 2023

Un cuento x semana #14: A mucha honra

Sorprenderla, eso quería, que no se lo esperara, que pensara que nunca lo iba a hacer delante de él. Agarrarla desprevenida, sí, eso sí era lo quería. Y lo logré, sí, sí, lo logré, lo logré, pero también que él viera, que él entendiera que lo hacía por él, para él, por nosotros. Quería que él viera que yo luché, luché hasta el final, para mantener unida a la familia, mi familia, la que ella quería romper, gringa de mierda.
Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº20 condenaron hoy a Claudio López Rossi, de 54 años, a prisión perpetua por el femicidio de su esposa, la ciudadana alemana Elke Yvars Beck. Se consideró que el abogado fue responsable de los delitos de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra su cónyuge y por femicidio por haber sido cometido por un hombre mediando violencia de género”.
Habíamos hablado esa mañana, se lo había pedido, se lo había suplicado, le había dicho por favor que me dejara verlo, que tenía que verlo, que él era mi familia, mi única familia, la única cosa que pude construir, todos estos años solo, sin nadie, sin nada mío. Pero ahora estaba él, ahora él y yo éramos una sola cosa, una familia, eso éramos, estábamos juntos, estábamos juntos para siempre. Pero ella no importaba, ella daba igual, si ni siquiera era de este país, si ni siquiera hablaba bien español. Pero él sí, él habla español, él es sangre de mi sangre, él es mío, él es mi familia, él no es de ella, no, no.
En 2015 el abogado López Rossi ingresó al edificio donde vivía su esposa y su hijo, en el barrio de Belgrano. Lo hizo a pesar de que tenía una prohibición de acercamiento ordenada por un juzgado civil. Subió hasta el sexto piso y esperó que Elke saliera del departamento junto al pequeño para ir al colegio. Cuando fue hasta el ascensor, el acusado salió por detrás de una puerta y comenzó a apuñalarla.
Entonces agarré lo primero que encontré, cuando cortamos el teléfono. Unas tijeras de jardinero que tenía en casa, unos guantes, la campera y listo. Hacía dos semanas que no veía al nene, hacía dos semanas que ella me separaba de él, que él ni siquiera me podía llamar, ella se lo tenía prohibido, yegua, gringa de mierda, con esos aires de superioridad europeos que tenía siempre conmigo, inmunda, pensé cuando corté y salí disparado a mi casa, a lo que era mi casa, mi familia, mi verdad.  
Durante sus últimas palabras, el hombre culpó a la víctima por el femicidio: “ella no toleraba el amor que yo tenía por mi hijo así que sepan comprender lo que me tocó padecer”. Luego, agregó: “no estaba en mis cabales y no lo estuve en ese momento”. Dijo que lo único que hizo fue cumplir con “su deber de esposo, de cuidarla y mantenerla”.
Porque ellas creen que pueden, ellas creen que pueden. Ahora pueden, mirá vos, ahora pueden qué. Orden de restricción dice, claro, por supuesto, cómo no. Serás imbécil,  cómo vas a poner una ley entre mi hijo y yo, hija de puta, la ley soy yo, la orden la doy yo, el límite lo pongo yo. Él es mi hijo y vos sos mi mujer, a mucha honra sos mi mujer y esta es mi familia, Vas a ver, vas a ver cómo nunca más vas a dejar de ser mi mujer ahora, vas a ver cómo él se va a acordar de su papá, vas a ver, pensaba, mientras agarré el auto y salí disparado para la casa. Orden de restricción, qué risa, la sangre no conoce órdenes de restricción, la sangre no es agua, estúpida, la sangre no lee, no escribe. Esto es mío, vos sos mía, él es mío y esta es mi sangre, son mis genes, vas a ver, vas a ver quién restringe a qué, gringa de mierda, vas a ver.
“La situación se dio después de años de maltrato y muestra el odio que tenía hacia la víctima sólo por el hecho de ser mujer”, destacó el fiscal durante su alegato. Marcó la particularidad del hecho: que el testigo principal haya sido el hijo de ambos, a quién consideró otra víctima del accionar de López Rossi. “El chico vio y vivió el maltrato que sufría su madre”, manifestó, y agregó que el nene dijo que su mamá “no aguantaba más” porque el padre le gritaba mucho.
Llegué y no había nadie, ni el portero había salido todavía, los negocios estaban cerrados, era casi de noche, cuando llegué, gringa de mierda, gringa de mierda, mi hijo es mío, es mío, no es nuestro, no es tuyo, no es tuyo, es argentino mi hijo, como yo, no como vos, vas a ver, vas a ver. Todavía tenía la llave de abajo así que subí sin problemas, pero la de arriba la había cambiado, claro, porque esta casa que pagué yo ya  no me pertenece, porque estos muebles que acarreé yo no me pertenecen, claro, porque vos no me perteneces, vos querés el divorcio, por supuesto, porque la ley te protege, porque las protege a todas ustedes, hijas de puta, las protege de qué, de quién. Pero no te preocupes, a mi hijo lo protejo yo, mi hijo es mío, la ley es mía, te pensás que estudié abogacía como hubiera estudiado plomería, estúpida, en menos de cinco años voy a salir, vas a ver, vas a ver.
Para la Fiscalía, el femicidio no se trató de un arranque de furia sino que fue totalmente planificado. Consideró que la situación era particularmente grave por la circunstancia de control y violencia de género que ejercía el abogado; que el testigo principal del hecho fuera su hijo, al cual dejó sin madre y el trauma que va a tener que atravesar el pequeño.
Escuché la puerta de la casa, la voz de él, sus pasos, sus palabras, tu voz de  mierda, tu voz de gringa de mierda, con ese español de mierda, diciéndole no sé qué cosa, sus pasos, tus pasos, mi respiración, mis genes, mi sangre, es mío, esto es mío, a mucha honra, no me lo vas a sacar, a mucha honra, no te lo voy a permitir, a mucha honra. Acá tenes, hija de puta, acá tenés, mirá, mirá lo que hago con tu mamá, es ella ves, es ella la que nos separó todo este tiempo, es ella la culpable de romper esta familia. Yo estoy acá, yo estoy acá para vos, para lo que necesites, para siempre, ella no, ella se fue, ella está muerta, la maté yo, sí, la maté porque nos separaba, la maté para que estuviéramos juntos. Mirá, mirá tu sangre, mirá mi sangre, mirá cómo nunca nos vamos a separar, mirá cómo se muere, la hija de puta, gringa hija de puta, tomá, ahí tenés la orden de restricción que querías, ahí tenés, ahí tenés. A mucha honra.

viernes, 6 de enero de 2023

Un cuento x semana #13: Perdices

La eligen, te lo juro, los he visto.

1.-

Ah no, esto sí que lo voy a tener que escribir, esto tiene que ser una historia, un cuento, no sé, una novela, algo. Es increíble lo que está pasando: hace años que nadie me invita a una boda, años que no tengo excusa para comprarme nada nuevo, ir a la pelu, gastarme un dineral en maquillaje, nada. Años que no me ilusiono con que voy a conocer a un soltero millonario entre los amigos ingenieros del novio y pasa esto. ¿Dónde está Verónica? ¿Cómo puede dejarme plantada así? Estoy en su propia boda, disfrazada de dama de honor y ella desaparecida. No lo puedo creer, es el momento más delirante de mi vida. Una película, sí, claro, una película malísima.

2.-

Joaco no responde el teléfono hace seis horas y no aparece por ningún lado. Desde que nos despedimos anoche no solo no contesta sino que no hay rastros de que haya dormido en la habitación del hotel que tenía reservada. Pero no entiendo, porque me dijo: “Pablo, querido, hasta mañana, el mejor día de mi vida” y se fue lo más tranquilo. Ahora no aparecen ninguno de los dos y él no me atiende el teléfono. ¿Vero se enteró de que él desapareció y no quiere hacer un papelón esperándolo en el altar? ¿Tendría que ir a averiguar con la familia de ella? A fin de cuentas soy el padrino, no sé, ¿Googleo “Responsabilidades de padrino”?

3.-

Yo sabía, yo sabía que esto iba a pasar. Cuando lo conocí le dije: “Vero, hija, un hombre así para vos no es, demasiado estructurado, demasiado rígido, vos sos otra cosa” y ella se reía y me hacía chistes con el complejo de Edipo, de Electra, no sé qué cosas de esas que estudia en la facultad. Pero chistes más chistes menos mirá lo que pasó: ella no aparece, él no aparece y estamos todos en esta iglesia hace dos horas mirándonos los unos a los otros pensando quién fue el que plantó a quién. Lógicamente fue ella, pienso yo, que me escuchó a mí, que soy su padre, que por algo soy su padre. Y yo sabía, yo sabía, ese pibe no era de fiar. Y ahora mirá, acá estamos, un cura, tres monaguillos, 150 tarados y de los novios ni noticia.

4.-

Ave María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Señor por favor, por favor Señor que Joaco de señales de vida, Señor, por favor, que no le haya pasado nada, por favor, Señor, que esté bien, que si no se quiere casar no se case, que si se arrepintió a último momento Señor, por favor, perdónalo, Señor, él siempre fue así, él siempre fue un poco demasiado sensato, Señor, entendelo, una chica como esta, no es material de esposa, yo lo entiendo, entendelo vos también Señor, con esos padres, con esos aires bohemios que tiene, quién lo puede culpar al pobre Joaqui, mi Joaqui, es lógico, no es para él, esa Vero, yo no se lo quise decir porque las madres tenemos que cuidarnos, porque la intuición de una madre es muy poderosa, entonces hay que tener cuidado, no influenciar mal a nuestros hijos, pero hizo bien, yo sé que hizo bien en dejarla plantada, aunque ahora no parezca.

5.-

Bueno, a ver, yo tengo que decirle algo a toda esta gente, tengo a los mozos, al catering, a la banda, al tipo este que hace stand up, los souvenirs, las velas, todo, todo esperando en un salón para ciento cincuenta personas. ¿Alguien se va a hacer responsable de que cancelemos esta farsa? Ya pasaron dos horas y los novios no aparecen. Algo hay que hacer. Aunque entiendo la confusión ¿eh? la verdad es que en quince años de experiencia como wedding planner nunca me pasó una cosa así. Que desaparezca el novio, ok, crisis existencial, soy muy joven para esto, bla bla, lo normal. Que desaparezca la novia, también pasa, el feminismo ha hecho estragos en los últimos años, lo compro. Ahora ¿Los dos? ¿Qué desaparezcan los dos? ¿Qué carajo pasó acá? ¿Se pelearon justo antes? ¿Se fueron juntos? ¿Alguien sabe quién dejó plantado primero a quién? Porque encima eso, lo más absurdo de todo es que la familia de ella dice que ella lo plantó a él y la familia de él dice que él la plantó a ella. ¿No debería ser al revés? Absurdo, bizarro, ridículo, no sé ya que otro adjetivo usar, sinceramente.

6.-

Claro que me quiero casar, por supuesto, Joaquín tiene mas plata de la que soñé en toda mi vida y eso es todo. Antes de que se case con otra mejor que se case conmigo. Sí, lo quiero, pero es ingeniero, tampoco que a un ingeniero se lo puede amar así apasionadamente, no sé. El tema es que ahora me enamoré de otro, me enamoré de verdad. Sí, cuando ya habíamos puesto la fecha, ya habíamos hablado con el cura, ya habíamos contratado a la wedding planner. Sí, lo siento, debería haber cancelado todo, pero pensé que iba a poder disimular, no sé, unos meses. Y no, no puedo. Como digo siempre: el amor es así, un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado, qué vamos a hacerle, c'est la vie. 

7.-

No puedo hacerle esto a Vero, con lo mucho que me quiere, con lo que me cuida, me sostiene, no puedo dejarla plantada así. Pero ese es el problema, que ella me ama, se le nota, lo veo cuando me mira y yo, yo no. Y no quiero casarme con alguien que no amo, punto. Porque el amor es una construcción, no un rayo, como dice siempre ella cuando habla del tema. Y el matrimonio no es eso, no es un rayo. El matrimonio es dificilísimo incluso cuando amás a la persona, imaginate si no la amas, imposible, suicida. Así que no, perdón Vero, linda, ojalá algún día encuentres a alguien que te convierta en su feliz esposa, pero me temo que no voy a ser yo.

jueves, 5 de enero de 2023

Audiolibro: Sólo se muere una vez

Para Editorial Neural - COMPRAR

Primer Capítulo - LEER

A la protagonista de esta historia le diagnostican una enfermedad extrañísima y le dan 20% de posibilidades de sobrevivir. ¿Qué decide hacer con los últimos seis meses que le quedan? Escribir una novela. Empieza a planificarla y entiende que para tener material para escribirla necesita vivir nuevas experiencias: probar MDMA, robar, tirarse en parapente y tener sexo sadomasoquista. Pero no todo es tan sencillo. Entre desoladores mails a su ex, delirantes reacciones de su familia, una prima que le pide un favor inesperado y reflexiones sobre el feminismo, la trama estalla en un arco narrativo imposible de prever.