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lunes, 27 de abril de 2015

Chacapeaks: Arañas

Para Diario Cuatro Palabras



Marta siente una punzada en la punta del estómago, un ardor como el de una acidez muy pronunciada. Comienza a marearse, los objetos a su alrededor parecen flotar y ella flota con ellos. Se masajea el hueco entre el diafragma y las costillas y percibe que el dolor se agranda. Intenta pararse, cuando lo hace el mareo se parece más a un desmayo, pero cierra los ojos y no consigue desvanecerse completamente. Cae en la silla como una bolsa de papas. Respira hondo, cierra los ojos, se concentra en el masaje, pero ahora el dolor pasa de la boca del estómago a la panza y rápidamente a la cadera. Son miles de arañas que no le permiten moverse. Separa las piernas y las arañas se le desparraman por los glúteos hacia atrás de las rodillas. El mareo que no era desmayo comienza a caerle como un frío seco por la nuca hasta llegar a la espalda en forma de sudor. Se toca la frente y lo siente: es fiebre. En la cadera ahora tiene una bomba que repiquetea hacia adelante, como latiendo. Es algo similar a los espasmos que da la diarrea, pero con mucha más intensidad. Intenta pararse nuevamente y lo logra, las arañas se le desparraman hasta las plantas de los pies y el dolor en la cadera pasa de atrás hacia adelante. No sabe si se va a hacer encima o es una contracción falsa,  pero sí o sí necesita ir al baño urgente. Se apoya con una mano en la mesa y trata de caminar. Hace dos pasos y cae de rodillas con un ruido seco, la mano colgando de la mesa. Un subir y bajar por el esófago le indica que va a tener una arcada y se corcovea tratando de vomitar algo, pero solo sale un hilito de baba de su boca. Apoya las dos manos adelante y queda en una posición de perro, sudando frio. El útero le oprime la vejiga y cuando levanta una de las manos del suelo para masajearse esa zona el otro brazo se flexiona solo, pierde el equilibrio y cae sobre el hombro. Ahora está en posición fetal y siente la sangre caliente fluir entre el camisón y sus piernas, pero a la vez se alivia, como si hubiera hecho pis después de años. El terror comienza a brotarle de alguna parte de lo que todavía le queda de conciencia. Huele su propia sangre, entiende que está teniendo una pérdida y recuerda que el obstetra le dijo que eso es normal a su edad. Se arrastra hasta el baño, dejando una estela roja y caliente en el piso. Cuando llega se cuelga de la taza del inodoro con una mano y mete la cabeza adentro. Finalmente logra vomitar. Las arañas parecen haberse ido. Se arrodilla frente al inodoro con los codos apoyados en la tabla y huele su propio vómito, está rezando, en silencio, está pidiendo no perder su embarazo. 

Cuando la encuentran está inconsciente, acostada entre el inodoro y el bidet. Tiene las dos manos entre las piernas.

jueves, 23 de abril de 2015

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto

A raíz del triunfo de Del Sel en Santa Fe nos pusimos nostálgicos y le festejamos los 22 años al disco "Get a Grip" de Aerosmith

martes, 21 de abril de 2015

ChacaPeaks: Meta

Para Diario Cuatro Palabras



-¿Otra vez triángulos amorosos, Corín Tellado?

-Bueno, la impresora me habla, fenómeno.

-Dale, ¿No habíamos terminado con eso? ¿No dejábamos que la gente lavara sus trapitos en casa?

-Mirá…. Epson… Stylus… T23, no sé cuánto sabrás vos de literatura, pero Edipo Rey es un triángulo amoroso y viene robando con eso los últimos 2000 años.

-Edipo Rey lo inventó un griego, querida, y acá estamos en Chacabuco.

-¿Y qué tiene que ver? ¿Acaso el ser humano no es el mismo?

-Pero esto un diario, Sófocles: hay que hablar de la soja, la campaña presidencial, a lo sumo algún crimen inconcluso, algo que no sea la novela de la tarde.

-Dice Manuel Puig que le ha ido bien con la novela de la tarde porque justamente se crió en un lugar similar a Chacabuco. 
-Pero en el interior pasan cosas que no salen en la tele, de eso tenés que escribir.

-Disculpame pero, sea donde sea, los problemas son siempre tres: el amor, la verdad y la relación entre ellos.

 -¿Eso lo aprendiste en la facultad?

-Cuánta ironía para ser una impresora, Epson.

-Meteles un muerto, dale, que me aburro de Naranja y Media.

-¿Un muerto? ¿Querés que mate gente?

-Por supuesto, esa es la mejor parte de escribir: podés matar gente, hacerlos mutantes también, o vampiros, o aliens.

-Zombies no, por favor, zombies no.

-Bueno, pero si vas a seguir dándole vueltas al asunto del adulterio vas a terminar internada en un psiquiátrico, tenés que ponerle magia, misterio, tenés que salir de ese realismo abúlico que no conduce a ninguna parte. Mata gente, Corin Tellado, aunque sean crímenes pasionales, pero metele un tiro pronto a alguien porque me aburro. 

-Explicame vos, a ver, Marlowe.

-Tenés tres opciones: lo matás a Ipazaguirre y se lo encajas a Ricardo, que se enteró que está con Marta y chau picho, pero lo disfrazás cosa de que los lectores tengan que andar adivinando quién lo mató. Con el asunto de que es el más malo de todos, cualquiera podría cargárselo, en realidad, así que ponés muchas pistas falsas, aunque lo realmente interesante sería que lo asesine Marta. La otra es que Fede mate a alguien por accidente pero no sepamos a quién y empiece a tener sueños relacionados con eso, monologo interior, culpa, tipo los rusos. La mejor, para mí, es que aparezca asesinada Sofía, la extranjera: metés periodistas de Buenos Aires, agregas un abogado porteño porque tiene domicilio en Capital, y ahí se te arma, violencia de género, femicidio, bien periodístico.

-Wow ¿Cómo es que nunca charlamos antes?

-Son 200 pesos: ¿podrás ir a comprarme unos cartuchos?

domingo, 19 de abril de 2015

Si ese perro sigue allí

Para Notas

Escribir sobre música puede parece casi una contradicción en términos. Poca potencia tienen las palabras al lado de un solo de batería o un riff de guitarra. Parece muy complicado describir con adjetivos lo que pasa en el cuerpo a alguien que nunca escuchó Jijiji o Juguetes Perdidos. Difícil, pero no imposible.

Redondos. A quién le importa. Biografía política de Patricio Rey, del Colectivo Perros Sapiens, asume ese desafío y levanta muchísimo el piso: no solo habla de música sino también de la historia, la política y la sociedad que se construye a partir de considerar al arte ricotero, no ya como expresión de época sino también como determinante de una conducta en sus seguidores. Y es por el peso histórico de su legión de fans, por la vigencia que siguen teniendo hoy no solamente las letras sino también las prácticas de los ricoteros, que este libro sirve para entender a toda una generación más que a una banda.

Dividido en secciones teóricas, cronológicas y conceptuales, “Redondos…” asume un riesgo que le reditúa muchísimo, ya que habla desde el “nosotros” y esto hace que lejos de constituirse como investigadores fríos y distantes, los autores se acerquen lo más posible a su objeto de estudio para entonces configurar un nuevo universo: ricoteros por ricoteros. Aburridos y vetustos quedan a su lado los análisis concienzudos de los popes del rock y el periodismo cultural, acá se habla de una comunión y de una comunidad.

Los contextos de producción, las letras, las significaciones por detrás de cada uno de los discos, su momento de salida, los dionisíacos pogos, la mística y la nebulosa neoliberal son entonces abordados desde un colectivo que no solo se siente parte del fenómeno que estudia sino que a la vez lo ensalza. Se deduce así que todas las bandas configuran no solamente un “nosotros” sino también un “ellos” desde el cual pensarse como sujetos políticos e históricos. De esta forma, el libro presenta un modo de análisis que sirve para poner la mirada en cualquier problema, de manera completamente honesta, sin pretensiones de objetividad.

Otro de los aciertos del libro viene de la mano de una especie de mea culpa de treintañero nostálgico: los noventa se han terminado pero acá seguimos nosotros y no entendemos bien qué podemos hacer con eso, parecen decir. Pero esos noventas, inaugurados por el asesinato de Walter Bulacio en el Obras de 1991, del cual se cumplieron 24 años este domingo, todavía están entre nosotros o, mejor dicho: siguen estando en nosotros.

Disco a disco, letra a letra, los que cuentan van creciendo, evolucionando y tal como hicieron Los Redondos, separándose, mutando y, en algunos casos, estatizándose. Y aunque parezca difícil saber cuántos de los antiguos tirapiedras de las misas ricoteras son ahora respetables señores con traje y cuántos de ellos se olvidaron del significado subversivo de las letras que vitoreaban en su juventud, algo nos dice que no están todos en los recitales del Indio, porque ya no son más esos. Es que quizás, (solo quizás) el futuro llegó, pero no era como nos lo esperábamos.

jueves, 16 de abril de 2015

Columna de cultura


A través de las estadísticas del World Cites Forum nos enteramos que Buenos Aires es la ciudad con más librerías (comerciales) por habitante. A raíz de esto repasamos algunas novedades del mundo editorial argentino en el mundo. 


martes, 14 de abril de 2015

ChacaPeaks: Acetona



-Son cuatro manos que le tenés que dar – arranca didáctica Jéssica.
-Esta Marta es una yegua, chicas, no puedo creer que tenga un pibe ahora, si tiene como ochenta años, me quiero matar –la interrumpe Julieta.
-Eso te pasa por engancharte con casados, santita, ahora te jodés –acota Romina.
-Pero salí de acá, trola, si vos también anduviste de pata de lana – retruca Julieta.
-What? ¿Qué mierda es eso de pata de lana?
-Es una forma de decirle a la amante, porque no tienen que hacer ruido cuando llega la oficial.
-Ah bueh, ¿más rebuscado no se podía?
-Y bueno, la poesía es así.

 Jéssica, Romina y Julieta se conocieron cuando hacían patinaje artístico en el mismo club. Se hicieron amigas porque patinaban las tres igual de mal. Pero la velocidad que les faltaba en la pista la usaron para el romance, o mejor dicho, para primeriar a los novios de otras. De tanta trampa que le metieron a la cuestión, ya estaban pasadas de cocción para cuando las sacaron del horno. 

-Son cuatro manos: la primera de protector, así cuando te sacas la pintura no te queda todo el dedo pintarrajeado.
-Para mí igual que la Marta  lo tiene junadísimo al Ricardo y ya sabe que estuvo con vos.
-Y sí, las mujeres siempre sabemos, pero nos conviene hacernos las boludas.
-El fijador es fundamental: es donde realmente haces la diferencia al precio del esmalte barato.
-Claro, hacerse el boludo debería ser deporte oficial de Chacabuco.

Las tres, hermosas, habían perdido su fe en el amor con hombres que las habían usado y descartado. Pertenecían a esa especie de entidades que existen para ser admiradas más que para ser queridas. Solo Romina conserva un novio a quien las otras dos apodaban “tu coso”. Julieta está enamorada de Ricardo, casado con Marta. Jéssica, después de varios fracasos y hasta un mes de compromiso con el difunto Juancito Artusi, había decidido que no se entusiasmaría con nadie más y se dedicaría exclusivamente a su peluquería. 

-Después las dos manos de color y al final el fijador, para que se te seque rápido y te quede brilloso, aunque el esmalte sea de mala calidad.
-Igual Ricardo es un hijo de puta, me dijo que estaba enamorado.
-Porque si no se nota que es malo el esmalte, pero con el fijador no,  te queda un espectáculo. 
-Vos también, Juli, ¿le vas a creer a un pirata?, cualquiera.
-Pero le brillaban los ojos cuando dijo que me amaba, lo juro.
-Le debe haber puesto fijador a los ojos,  porque ese amor es más berreta que este esmalte.
 



jueves, 9 de abril de 2015

Columna de cultura

Para Llevalo Puesto

En mayo se concursan nuevas señales de Televisión Digital Terrestre y repasamos qué hay de nuevo en relación a los consumos audiovisuales de los próximos años.


lunes, 6 de abril de 2015

ChacaPeaks: ADN

Para Diario Cuatro Palabras



Sentime Rosa, sí, que la vi a la Marta ayer y para mí que se lo sacó al chico. No puede ser, debería estar de cinco meses y ya ahí se te nota la panza, viste que si es varón va para adelante pero si es nena te hinchás como sapo, y anoche la vi en lo de Artusi y parece que ni noticia del embarazo. Sí, fuimos a cenar a lo de Artusi porque un grupo de vecinos se va a organizar para pedirle al intendente que lo frene a Ipazaguirre. Igual al viejo ese no lo frena ni el mismísimo Papa Francisco, mirá lo que te digo, y eso que es jesuita y viste que los jesuitas cosa que se proponen cosa que consiguen, pero este viejo Ipazaguirre es más malo que la peste, bueno, ya sé que es más chico que yo pero es un viejo hijo de puta, Rosa, si se la pasa rematándole las casas a todos los pobre diablo que encuentra por ahí, lo heredó del padre, como todo, de tal  palo tal astilla, dos usureros de ley. Igual te digo que no la pasé para nada bien ¿eh? estaba como flotando lo del nene difunto de Artusi todavía, eso sí que es terrible, después de que se le murió el chico, que vengan a sacarle la casa así, hay que ser hijo de mala madre. Pero claro, nena, no te acordás que se le murió el pibe de un patatuz a Artusi, dieciocho años tenía, pobre Juancito, para mí que fue de la pichicata que se ponía, mirá si te va a dar un accidente en el cerebro así de joven, que nos agarre a nosotras vaya y pase, pero un chico así, para mí que fue la droga, qué queres que te diga, la mujer de Artusi es una pituca, eso pasa querida, no es una señora de su casa, estaba todo el día pensando en cualquier cosa y bueno, por eso se le fue de las manos el nene, no, Rosa, no es de mal pensada, pero si vieras lo dejada que está ahora, claro, le vino toda la culpa encima, primero no cuidas al chico y el chico se te pichicatea, pichona, qué esperás. Y ahora Artusi se fue a vivir con el hermano, hubieras visto, eran más Artusis que personas en esa casita, a mí me dio hasta vergüenza pedir asiento. Lo que te digo igual es que para mí la Méndez se hizo el aborto, porque encima me había llegado que ella no lo quería tener, y la verdad, a esa edad, quién te dice si no te sale el chico enfermo. Qué sé yo Rosa, para mí ese embarazo no era de Méndez, para mí ese fue un fato que se le escapó a la Marta y lo quiso arreglar en la clínica de Junín donde van todas. No sé, dejame que te averigüe porque mi clienta que trabaja allá viene cada muerte de obispo, pero para mí que se lo sacó al bebito, que Dios se ampare de su alma.