---------- Mensaje enviado ----------
De: Leticia Cappellotto <leti.cappe@gmail.com>
Fecha: 10 de diciembre de 2016, 9:44
Asunto: SHANGHAI ES CASI CHINA (2)
Para: ed_cabrera@gmail.com
Shanghái es una mezcla de Ranelagh con La Paz y NYC en quince cuadras de diferencia. Casillas de madera, monoblocks, gente pidiendo, homeless, ropa colgada en la calle, bicicletas con cartoneros, McDonald’s, Forever 21, H&M, Tiffany´s, Cartier, Chanel, Apple. La gente escupe mucho, fuma mucho, grita, no respeta semáforos ni sendas peatonales. Mucha arquitectura grandilocuente al lado de callejuelas sin luz. Hay perros en la calle, no se los comen a todos, parece. Fea, ficticia, y superficial, Shanghái tiene muy poca ritualidad, muy poco sentimentalismo. Los chinos son muy poco delicados, muy poco elegantes, todo es rústico, tinglado e impostado. En fin, odio este lugar capítulo MMCXVII.
Y además estoy ebria, extrañándote, necesito escuchar música pero no puedo porque no funciona el encriptador de IP que necesito para entrar a YouTube.
En China internet es un lujo caro. Pero: ¿Es que acaso no podés vivir sin internet? Escucho que me pregunta Mao Tse Tung, burlón. China de mierda, respondo mentalmente, comunismo de mierda, dejame tener YouTube, la puta madre.
Ya ves, sigo en contradicción permanente. Es que China es buena y mala con la misma intensidad. Es buena porque es algo que estará en mí para siempre y nadie podrá sacarme nunca porque, a diferencia del dinero o la propiedad privada, las experiencias no se pueden robar. Pero con miedo a morirme a cada paso y sintiéndome más viva que nunca, China me está mostrando cosas que no tenía idea que vivían en mí: el pánico más hondo que experimenté en mi vida y un agotamiento espiritual vinculado a mi soledad. Si sobrevivo, seré “la amiga que pasó un mes sola en China” de todos mis amigos. La chiflada esa que fue a la muralla china a pensar todo de nuevo cuando la derecha conquistó occidente. La que vive para contarlo, una vez más, un país menos.
Pero: ¿Qué hay en China que no hay en otro lado? ¿Comunismo y capitalismo juntos? ¿Caos? ¿Confusión? No lo encuentro. No siento que me estén pasando cosas: ¿Conocer a una venezolana que prefiere tener a su hijo en China antes que en Caracas es algo “anecdotable”? ¿Charlar con una rusa que dice que ser profesora de yoga pero parece una prostituta sirve para un cuento? ¿Dónde está la erótica de haber venido a este país? ¿Solamente en haberlo hecho? ¿En qué radica la magia china? ¿En que son comunistas y capitalistas a la vez? Sí: lo sexy en China está en la transición, en la frase de Antonio Gramsci: “Cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer, ahí aparecen los monstruos”.
Eso soy yo y eso es China: monstruos. El pasado (lo viejo que muere) y el futuro (lo nuevo que nace) son a la vez traducidos acá en el pasado (herencia milenaria) como motor del futuro (hegemonía mundial). Y eso se ve en cualquier ciudad china: la velocidad, la potencia, la fuerza de algo que está naciendo desde los escombros de los barrios pobres hacia los rascacielos de los edificios más altos y modernos del mundo. “El gigante asiático se despierta” dicen los analistas que saben que, en la historia de la humanidad toda, China siempre tuvo un papel geopolítico hegemónico y solo estuvo durmiendo. Pero el futuro ya está entre nosotros y China será China porque fue China en el pasado. No es casual, en este sentido, que para presentar el megalómano proyecto ferroviario/marítimo de la “Nueva Ruta de la Seda” que conectará más de 60 países y culminará con un dominio comercial sin antecedentes en la historia moderna por parte de China en 2049 el presidente Xi Xiping haya citado a la antigua ruta que conectaba Asia y Europa hace más de 2300 años. Menos casual es que se haya elegido el 2049, centenario de la Republica Popular China, para inaugurarlo.
El futuro es chino porque el pasado lo fue y viceversa.
Y es así que llegás a la conclusión que la contradicción es el sexo de China: los edificios imponentes emergen al saberse potencia mundial pero desde una ciudad en las que muchos barrios parecen una villa del conurbano bonaerense. Si hasta la lógica urbana es similar entre Shanghái y los barrios pobres del tercer mundo: por toda la ciudad la gente saca parlantes a la calle y se ponen a bailar. Una calle cualquiera, unas diez personas, musiquita y ya. Algunas noches hay baile de parejas pero los mejores son los que bailan solos, como un tai-chi acelerado. Cuando nos conquisten será la primera costumbre que voy a adoptar, bailar porque sí en la calle, fantástico.
No sé, quizás lo que más me seduce de estar acá es simplemente estar acá, quizás no haya nada especial con estar acá más allá de haber logrado hacer algo que soñé 10 años y tildarlo en la lista mental de “been there, done that”. Pero todo viaje es político: en 2003 cuando empecé a obsesionarme con venir porque una profesora me obligó a hacer un trabajo práctico sobre las relaciones entre China y Argentina, China no era la potencia emergente que es hoy. En su momento me fascinó el solo hecho de que China existiese. Pero luego apareció la China de la se habla en los medios como “el gigante asiático”. Y me fascinó aún más.
Lamentablemente, estoy comprobando que la China que existe es un híbrido que confunde, molesta, desentona. Tanto el comucapitalismo como el capitalismo de estado, el pasado fundamentando el futuro y el futuro fundamentando el pasado son una especie de bomba que no explotó pero que está por explotar. De hecho, en la ruta de la seda que te comentaba antes se encuentra un 75 % de las reservas de energía mundiales, afecta a un 70 % de la población global y se genera un 55 por ciento del PIB mundial. CHACHAN!! 2049: China conquistará el mundo pacíficamente a través del más capitalista de todos los métodos (el comercial) y lo festejará el día que se cumplan 100 años de la instalación del sistema menos capitalista de todos (el comunismo).
Me va a explotar la cabeza, no puedo concebir que el futuro lo manejen unos señores que comen perro, no creen en la democracia y matan gente con rifles (poco se sabe de cuánta gente mata el Estado, pero se sabe que la matan ¡¡¡con rifles!!). A propósito de esto, ayer fui a la casa en la que Mao fundó el Partido Comunista local y es chiquita, bastante rústica y bien conservada, pero está en un barrio muy paquete al lado del Ritz, el FourSeasons y un shopping con Prada, Cartier y Gucci. Confusión no, lo siguiente.
Así que ya ves, de los creadores del papel, la imprenta, la brújula y la pólvora, llega: el comucapitalismo chino del siglo XXI. En el fondo, muy en el fondo, tiene sentido: los chinos inventaron el dinero.
Y hablando de eso, en el supermercado chino en China de al lado del hostel en lugar de darme el vuelto con caramelos como hacen en Argentina, la empleada china me fió los 50 ctv que me faltaban. ¿Los chinos solo fían en China? ¿Los argenchinos son menos confiables que los chinos? ¿Mientras esté en China, yo también soy argenchina? Santo Dios que estás en los cielos, no estoy preparada para esto, no estoy preparada para estar aquí, por favor dejame salir viva de China, por favor, por favor.
Fuera de chiste: te extraño. Sé que no debería pero es lo que me sale. Es muy difícil olvidarse de alguien en estas condiciones de caos sobre lo existente. Hablo con vos mucho más de lo que te escribo. Pero pienso: Si la única persona que te hace sentir acompañada está muerta, ¿estás sola?
Idea para cuento en China: pareja de amigos planea un viaje, él se muere y ella decide hacerlo igual, se lleva sus libros y cuadernos y descubre una personalidad secreta de alguien que creía conocer muy bien. Conflicto interno: ¿Estar sola en China hablando con un muerto es estar más o menos sola que estar sola?
Título posible: Con más amor del que sabe que existe.
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