Para Revista Nan
CultMoviez, Cinemargentino y Comunidad Zoom ofrecen contenidos de
pantalla grande para los monitores y colaboran así con la libre
circulación del arte y la cultura. Fotografía: Natalia Gomez
Internet, ese monstruo que todo lo ve y controla, puede traer muchos
dolores de cabeza, depresiones, aislamientos o adicciones. Pero hay que
reconocerle que algunas veces obra milagros. Lo que antes quedaba para
los coleccionistas, se democratiza de manera impensada a través de la
web. Ocurre con los sitios que ofrecen cine de culto, cine nacional,
producciones pequeñas o independientes. En la era de Netflix (el portal
norteamericano de cine streaming pago), la gratuidad de estas
plataformas se asume como un plus, pero en verdad ese “tenés que pagar”
compite con el derecho al conocimiento y a la libre circulación de arte y
cultura sin barreras de mercado. Con distintos perfiles y objetivos, CultMoviez, Cinemargentino y Comunidad Zoom
son plataformas argentinas en las que contenidos de altísima calidad se
brindan al mundo sin esperar absolutamente nada a cambio, por amor al
cine, a los cinéfilos y gracias a la web.
El proyecto CultMoviez surge hace cinco años, cuando un argentino y
un colombiano con gustos en común se encontraron en Taringa! y empezaron
a fomentar películas de los años ‘70. Muchos torrents después,
CultMoviez es una de las plataformas de cine online más grandes y ofrece
cine de calidad, rarezas y muchos clásicos. “El cine es un arte
popular, aunque algunos intelectuales creen que una persona común no
puede ver cine como el de Ingmar Bergman, Tarkovsky o Rossellini”,
explican los actuales administradores del sitio, conocidos por sus nicks
digitales CocoLoco, Gabylocura y Thefarwest. “Estamos convencidos de
que con una buena promoción cultural se puede llegar a cualquiera sin
importar su condición social”, enfatizan.
Rita Falcón, una de las responsables de Cinemargentino, encuentra
también en la democratización cultural el origen de su proyecto.
“Nuestro portal surge como respuesta a la falta de oportunidades para
acceder al cine de calidad que se produce en nuestro país”, explica. Con
más de cincuenta películas, esta web ofrece sólo producciones locales,
por lo que el objetivo central es difundir cine nacional. “Nos interesa
que las películas tengan abordajes novedosos pero buscamos también la
diversidad de propuestas ya que queremos captar a la mayor cantidad de
usuarios posibles”, cuenta Falcón.
Comunidad Zoom, por su parte, es un viejo sueño hecho realidad. “En
mi época de estudiante había realizado un corto y quería enviárselo a
todos mis conocidos, pero las conexiones eran muy lentas, era
imposible”, recuerda el realizador y responsable de esta plataforma,
Horis Muschietti, que vio concretada su ilusión con los años: “Soñaba
con un futuro con conexiones rápidas, mediante las que se pudieran ver
tanto mi corto como esas películas que veía en festivales y que no
podían hallarse de otra manera, menos aún en el interior, donde los
cines desaparecieron”.
Holliwood, el enemigo
Tanto los creadores de CultMoviez como Muschietti distinguen que
dentro de su catálogo pueden encontrarse producciones que no forman
parte del circuito masivo de la “cultura pochoclera”, de la que Netflix
parece nutrirse. A partir de la selección de directores “de culto” en el
caso de CultMoviez o un abanico muy extenso de directores
independientes en Comunidad Zoom, ambas propuestas privilegian lo no
convencional frente a lo masivo. Para Muschietti, una película exhibida
en su sitio debe cumplir los siguientes requisitos: “Que sea innovadora,
que tenga preocupaciones estéticas y técnicas, que sea difícil de
hallar y que no sea pochoclera de Hollywood”. Por su parte, los
creadores de CultMoviez dejan en claro la intencionalidad política de su
proyecto. “Hace falta mucha promoción cultural en América latina porque
Hollywood nos ha invadido en nuestras costumbres, en nuestra forma de
ser y de pensar”, sentencian. Muschietti es todavía más radical: “Los
grandes portales de cine on demand replican la lógica del
shopping, con un gran porcentaje de películas de Hollywood y algunas
nacionales muy conocidas, mientras que Comunidad Zoom exhibe material
único que circula en festivales de cine y/o canales alternativos de
difusión”.
No obstante, lejos de creer que estos portales conspiran contra la
industria tradicional del entretenimiento, sus creadores los ven como
una complementación. “El visitante asiduo de CultMoviez va más al cine,
el cine club, el festival, la sala de cine comercial o cultural que el
que tiene Netflix o visita Cuevana”, destacan CocoLoco, Gabylocura y
Thefarwest. Por su parte, Falcón señala que el plus de Cinemargentino
tiene que ver con el contenido nacional. “La gente sigue yendo al cine
para ver las películas-acontecimiento, entre las cuales hay unas cinco
argentinas por año, con toda la furia”, explica. Pesimista, Muschietti
ve su propuesta como una trinchera. “Las grandes compañías
cinematográficas ya cuentan con presencia en la web a través de Netflix o
iTunes”, señala, y vaticina que “en poco tiempo Internet también estará
coptado por estas corporaciones de la industria que privilegiarán la
distribución y exhibición de sus producciones por sobre las locales,
imponiendo sus condiciones”.
Todavía lejos de este oscuro panorama, la web sigue siendo un
territorio en disputa donde aparecen, de vez en cuando, milagros como
estos portales. A disfrutarlos mientras se pueda.
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