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sábado, 7 de junio de 2014

El cine 2.0 que no se paga


CultMoviez, Cinemargentino y Comunidad Zoom ofrecen contenidos de pantalla grande para los monitores y colaboran así con la libre circulación del arte y la cultura.  Fotografía: Natalia Gomez


Internet, ese monstruo que todo lo ve y controla, puede traer muchos dolores de cabeza, depresiones, aislamientos o adicciones. Pero hay que reconocerle que algunas veces obra milagros. Lo que antes quedaba para los coleccionistas, se democratiza de manera impensada a través de la web. Ocurre con los sitios que ofrecen cine de culto, cine nacional, producciones pequeñas o independientes. En la era de Netflix (el portal norteamericano de cine streaming pago), la gratuidad de estas plataformas se asume como un plus, pero en verdad ese “tenés que pagar” compite con el derecho al conocimiento y a la libre circulación de arte y cultura sin barreras de mercado. Con distintos perfiles y objetivos, CultMoviez, Cinemargentino y Comunidad Zoom son plataformas argentinas en las que contenidos de altísima calidad se brindan al mundo sin esperar absolutamente nada a cambio, por amor al cine, a los cinéfilos y gracias a la web.

El proyecto CultMoviez surge hace cinco años, cuando un argentino y un colombiano con gustos en común se encontraron en Taringa! y empezaron a fomentar películas de los años ‘70. Muchos torrents después, CultMoviez es una de las plataformas de cine online más grandes y ofrece cine de calidad, rarezas y muchos clásicos. “El cine es un arte popular, aunque algunos intelectuales creen que una persona común no puede ver cine como el de Ingmar Bergman, Tarkovsky o Rossellini”, explican los actuales administradores del sitio, conocidos por sus nicks digitales CocoLoco, Gabylocura y Thefarwest. “Estamos convencidos de que con una buena promoción cultural se puede llegar a cualquiera sin importar su condición social”, enfatizan.

Rita Falcón, una de las responsables de Cinemargentino, encuentra también en la democratización cultural el origen de su proyecto. “Nuestro portal surge como respuesta a la falta de oportunidades para acceder al cine de calidad que se produce en nuestro país”, explica. Con más de cincuenta películas, esta web ofrece sólo producciones locales, por lo que el objetivo central es difundir cine nacional. “Nos interesa que las películas tengan abordajes novedosos pero buscamos también la diversidad de propuestas ya que queremos captar a la mayor cantidad de usuarios posibles”, cuenta Falcón.

Comunidad Zoom, por su parte, es un viejo sueño hecho realidad. “En mi época de estudiante había realizado un corto y quería enviárselo a todos mis conocidos, pero las conexiones eran muy lentas, era imposible”, recuerda el realizador y responsable de esta plataforma, Horis Muschietti, que vio concretada su ilusión con los años: “Soñaba con un futuro con conexiones rápidas, mediante las que se pudieran ver tanto mi corto como esas películas que veía en festivales y que no podían hallarse de otra manera, menos aún en el interior, donde los cines desaparecieron”.

Holliwood, el enemigo
Tanto los creadores de CultMoviez como Muschietti distinguen que dentro de su catálogo pueden encontrarse producciones que no forman parte del circuito masivo de la “cultura pochoclera”, de la que Netflix parece nutrirse. A partir de la selección de directores “de culto” en el caso de CultMoviez o un abanico muy extenso de directores independientes en Comunidad Zoom, ambas propuestas privilegian lo no convencional frente a lo masivo. Para Muschietti, una película exhibida en su sitio debe cumplir los siguientes requisitos: “Que sea innovadora, que tenga preocupaciones estéticas y técnicas, que sea difícil de hallar y que no sea pochoclera de Hollywood”. Por su parte, los creadores de CultMoviez dejan en claro la intencionalidad política de su proyecto. “Hace falta mucha promoción cultural en América latina porque Hollywood nos ha invadido en nuestras costumbres, en nuestra forma de ser y de pensar”, sentencian. Muschietti es todavía más radical: “Los grandes portales de cine on demand replican la lógica del shopping, con un gran porcentaje de películas de Hollywood y algunas nacionales muy conocidas, mientras que Comunidad Zoom exhibe material único que circula en festivales de cine y/o canales alternativos de difusión”.

No obstante, lejos de creer que estos portales conspiran contra la industria tradicional del entretenimiento, sus creadores los ven como una complementación. “El visitante asiduo de CultMoviez va más al cine, el cine club, el festival, la sala de cine comercial o cultural que el que tiene Netflix o visita Cuevana”, destacan CocoLoco, Gabylocura y Thefarwest. Por su parte, Falcón señala que el plus de Cinemargentino tiene que ver con el contenido nacional. “La gente sigue yendo al cine para ver las películas-acontecimiento, entre las cuales hay unas cinco argentinas por año, con toda la furia”, explica. Pesimista, Muschietti ve su propuesta como una trinchera. “Las grandes compañías cinematográficas ya cuentan con presencia en la web a través de Netflix o iTunes”, señala, y vaticina que “en poco tiempo Internet también estará coptado por estas corporaciones de la industria que privilegiarán la distribución y exhibición de sus producciones por sobre las locales, imponiendo sus condiciones”.

Todavía lejos de este oscuro panorama, la web sigue siendo un territorio en disputa donde aparecen, de vez en cuando, milagros como estos portales. A disfrutarlos mientras se pueda.

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