Será que la profesora se hartó de nuestros relatos depresivos sobre la guerra, el genocidio, el cambio climático y la amenaza nuclear porque dijo “Bueno, basta, para la próxima clase me traen todos una utopía, quiero algo luminoso y esperanzador sobre el futuro”, cerró el cuaderno, se levantó y se fue.
Con los compañeros nos miramos con cara de “¿Y ahora?” mientras Leticia, la que cree que escribe mejor que todos nosotros juntos dijo: “Por fin una consigna como la gente”.
Llego a casa confundido, disperso y con pocas ganas de escribir. Es 2025 y hay efectivamente una guerra en Europa, un genocidio en Medio oriente, las extremas derechas controlan Occidente y nunca en la historia del capitalismo la riqueza se distribuyó de manera más desigual. ¿Cómo puedo pensar en algo luminoso y esperanzador sobre el futuro en este estado de cosas?
Imaginar es la tarea. Eso dice uno de los carteles inspiradores que tengo en el escritorio. Hay dos más: uno dice "Mañana es mejor" y el otro "Para escribir hay que escribir". Fenómeno, poseo un montón de inspo instagrameable sobre la potencia de la imaginación y la creatividad, pero cero ideas sobre un futuro luminoso y esperanzador.
Pasan las horas frente al teclado y no se me ocurre nada. Hago una lista de todas las cosas que están mal e intento imaginar cómo sería si fueran al revés. Nada. Todo me suena cliché. Recuerdo que en la infancia cuando me decían que pida un deseo, matemáticamente me salía: “Que no haya hambre en el mundo”. ¿Eso es un cuento? ¿Una realidad de gorditos?. Ya en la adolescencia cantaba: Imagine all the people, living the world in peace, uh, uh, uuuh. ¿Un mundo sin guerras es posible? ¿Existió alguna vez? Nada, nada, no puedo escribir nada.
Se suceden los días y se acerca la fecha en la que tengo que entregar mi tarea luminosa y esperanzadora pero no se me ocurre absolutamente ninguna idea. O sí, se me ocurren, pero me dan vergüenza: ¿Cómo voy a escribir un cuento en el que no hay hambre ni fronteras y la gente es feliz y ya está? ¿Soy imbécil?
No me queda otra opción que preguntarle al ChatGPT. ¿Cuál sería ese prompt? “Escribe un relato de 1000 palabras que sea luminoso y esperanzador sobre el futuro de la humanidad” A ver:
En un rincón olvidado del planeta, una pequeña aldea despertaba cada día con el sol que se filtraba tímidamente entre los árboles, iluminando la tierra que había sido regenerada por generaciones de trabajo colectivo. Era un lugar donde el aire olía a tierra húmeda, a vida renovada. El río, antes contaminado y casi muerto, ahora fluía claro y vibrante, llevando consigo historias de resiliencia y cambio.
Hace apenas unos años, el mundo parecía estar al borde del abismo. El cambio climático había provocado desastres naturales, los océanos se tragaban las costas y las selvas, pulmones vitales del planeta, se desvanecían con cada tala ilegal. Las ciudades estaban sumidas en la smog, y las noticias del colapso de los ecosistemas eran constantes. Los más pesimistas ya hablaban de un futuro irremediable, donde la humanidad se extinguiría por su propia mano.
Pero entonces, algo comenzó a cambiar. No fue un milagro ni un evento repentino, sino un movimiento silencioso y persistente, nacido del cansancio de ver cómo las generaciones anteriores habían ignorado las señales de advertencia. Primero fueron pequeños grupos de jóvenes científicos, agricultores, ingenieros y artistas los que se unieron, convencidos de que la solución al caos estaba en la cooperación y en un renacimiento global de los valores humanos.
WTF. ¿El ChatGPT me habla de “Trabajo colectivo”? ¿Qué le pasa? ¿Es socialista? Agrego otro prompt: “Menos woke” y doy enter.
Era el año 2050, y las calles, que antes estaban llenas de humo y ruido, ahora se veían más limpias y tranquilas. Los autos eléctricos dominaban el tráfico, mientras que en los edificios brillaban paneles solares, y los jardines urbanos se extendían en cada esquina. Las energías renovables se habían convertido en la norma, y las ciudades no solo eran más sostenibles, sino también más humanas.
El cambio había comenzado con pequeños gestos. Los gobiernos, presionados por una sociedad que ya no aceptaba más promesas vacías, comenzaron a tomar decisiones que antes parecían imposibles. La cooperación internacional, nacida de la necesidad de sobrevivir como especie, llevó a acuerdos históricos que permitieron reducir las emisiones de carbono y restaurar ecosistemas enteros. Las políticas se centraron en la inversión en tecnología verde, en la protección de la biodiversidad y en la justicia social.
“Justicia Social” dice el ChatGPT. Evidentemente no entendió cuando le indiqué “Menos woke” ¿Entonces?
Llega la fecha de entrega por mail y empiezo a no poder dormir. Leticia, la que cree que escribe mejor que todos nosotros juntos, nos envía un texto a las 3AM. Como estoy despierto y desesperado, lo leo ni bien me llega. Reza:
“En un rincón olvidado del planeta, una pequeña aldea despertaba cada día con el sol que se filtraba tímidamente entre los árboles, iluminando la tierra que había sido regenerada por generaciones de trabajo colectivo…”