1.
Bastante
tengo con casarme como para encima aguantar a mis padres. No, de ninguna manera
voy a invitarlos a la boda, de ninguna manera les voy a permitir arruinar un
día que ya de por sí estará arruinado con mis nervios, los nervios de Joaquín, de
sus padres, de todos. No. Mamá es peronista y papá radical, mamá es de los Beatles
y papá de los Stones, mamá es de Charly y papá de Spinetta. No hay manera de que
los junte, no hay forma en la que esas dos galaxias vayan a tocarse. No, no y no.
2.
Nunca
pensé que mi hija se casaría, nunca imaginé que fuera un deseo que tuviera, de
hecho. Es de otra generación, eso de casarse. Yo lo hice porque era lo que
había que hacer, y además Ricardo me había dicho, después de 5 años de novios, “O
nos casamos o nos separamos” y yo pensé, bueno, todas mis amigas ya están casadas,
mis viejos se van a poner contentos, que más da, todos seremos felices. Además pensé
"no voy a tener que abortar más, espero, ahora que es legal que no nos cuidemos,
ahora que sería casi ilegal que nos cuidáramos, vamos a tener familia, vamos a estar
juntos, vamos a estar bien".
3.
Qué
emoción, mi hija casada. Qué emoción, mi única hija mujer, casada. Qué viejo
que estoy, che. Nunca me imaginé igual que Vero quisiera casarse, con el ejemplo
nefasto que le dimos como divorciados, debe haberlo pensado mucho. A fin de
cuentas lo único que te garantiza un casamiento es un divorcio, quiero decir, la
única garantía que tenés de divorciarte es solo si te casas antes. No sé, no la
veo a Vero casada, no va mucho con ella, me parece. Será uno de esos milagros
que obra el amor, andá a saber. Igual no sé qué me sorprende más, si que se
case o que se case con un ingeniero industrial o que se case conmigo y su madre
presentes. Porque me imagino que la invitó a Claudia, no se lo pregunté pero
cae de maduro que la invitó, quiero decir, no hay otra posibilidad.
4.
Los
padres de Vero siempre se llevaron como el culo, siempre. No tenemos registros, salvo algunas fotos viejísimas,
de que se hayan llevado de otra forma, aunque al final estuvieron como 14 años
juntos, entre noviazgo y matrimonio. Entiendo que después de tanto tiempo que ellos
dos se odien para ella es como un fenómeno de la naturaleza, como que el día es
día y la noche noche. Y entiendo también que le resulte imposible pensar que
alguna vez estuvieran bien juntos porque se separaron antes de que ella pudiera
generar memoria, de verdad lo entiendo. Pero me parece un exceso no invitar a
ninguno de los dos a la boda porque si invita a uno el otro se va a poner
celoso y si los invita a los dos se vayan a agarrar a las puteadas. Si los dos
la quieren, si los dos están orgullosos de ella.
5.
Por
la plata, yo lo hago por la plata, mirá si a mí me va a interesar que me digan “Señora”.
A mí me da igual que me digan señora, señorita, señor, doña, don o como quieran
decirme. Joaquín tiene mas plata de la que soñé en toda mi vida y eso es todo. Antes
de que se case con otra mejor que se case conmigo. Sí, lo quiero, pero es ingeniero,
tampoco que a un ingeniero se lo puede amar así apasionadamente, no sé. No me
da culpa, ojo, también se puede querer mucho al dinero. Si el amor es una
construcción, como todos dicen, para
construir hay que comprar el terreno, los materiales, hay que pagarle al
arquitecto, a los obreros, en fin. Quizás un poco se me pegó la forma de pensar
de él, puede ser, ahora mido todo mucho más, calculo, controlo daños.
6.
¿Cómo
que no me va a invitar a la fiesta de la boda? No puede ser. Si me dijo que se
casaba es obvio que me va a invitar, faltaría más, su madre, su única madre. Y
ahora me entero por Marisa que me dice que le llegó la invitación a la fiesta y
yo no tengo ni idea de cuándo es. Quizás Marisa volvió con los antidepresivos y
eso la trastorna, sí, tiene que ser eso porque es imposible que Vero se vaya a casar
y no me diga nada, me diga solo eso, “Me voy a casar, beso”. Y ahora me entero de
que va a hacer una fiesta y no estoy invitada. ¿Qué carajo quiere decir? ¿Mi
hija me odia? ¿Tan mal la crié? ¿Tan fracasada soy?. Seguro es por Ricardo,
seguro cree que Ricardo va a ir con la yegua de la mina y yo no me lo voy a
bancar. Obvio que no me lo voy a bancar, pero bueno, tomaré antidepresivos yo
también, qué tanto.
7.
Resulta
que no estoy invitado a la boda de mi primogénita. Me lo dijo mi yerno, bueno,
mi futuro yerno, que en realidad estoy invitado pero de sorpresa, dice, que Vero
nos quiere ver ahí pero no se anima a juntarnos con Claudia en una misma
habitación, por miedo. A mí me da igual, la verdad, verla a Claudia o no verla,
aunque sí un poco de curiosidad me da, ver si está vieja, gorda, si consiguió a
alguien para ir o va sola como siempre. Capaz ni va, para no verme a mí. Yo voy
a ir, sí o sí.
8.
No
sé si hice bien o mal pero los invité a los dos. A fin de cuentas son parte de
mi familia, ahora, también. No le voy a decir a Vero porque se va a poner como
loca, pero que sus padres van a estar, van a estar. Dejemos que las cosas
fluyan y listo. En definitiva son dos personas adultas, civilizadas ¿qué
problema puede haber?. Yo entiendo que ella tenga miedo, pero ¿Cómo no van a
estar sus padres en el día más importante de nuestras vidas? ¿Cómo lo van a
arruinar peleándose? Los sentamos lejos y listo, no va a pasar nada, va a estar
todo bien.
9.
Lo
de la boda fue un espectáculo lamentable, la verdad, yo como prima que soy de
la novia me sorprendió que los hubiera invitado a los dos, digo, en el mismo
espacio, dos personas tan distintas, que se llevan tan mal, que no logran
ponerse de acuerdo ni para elegir qué vino tomar, dios mío, pobre Vero,
terminaron todos en la comisaria, un delirio. Menos mal que empecé con la
medicación nueva que me hace ver todo diferente, que me hizo poder ir a una de
las mejores bodas de mi vida, porque sin la medicación no podría ir ni a la
esquina y además ahora me lo tomo todo a risa, mejor así. Fue realmente un espectáculo:
la comida, la música, los animadores, mucha plata, muchísima plata. Lástima lo
del incendio. Bueno, lógico, donde hubo fuego, jeje.
10.
Quiero
el divorcio. Ahora, a 48hs de casarme ya quiero el divorcio. ¿Cómo este
pelotudo va a invitar a mis viejos sin avisarme? ¿Pero quién se cree que es? Si
yo sé que estos dos no pueden estar en la misma habitación desde 1990. Si yo lo
sabía, sabía que íbamos a terminar así, siempre terminamos así: las puteadas, los
reproches, los abortos, el casamiento forzado, un manotazo, la tendencia piro
maníaca de mamá. Siempre igual estos dos, siempre lo mismo. Siempre me arruinan
todo, la vida, la boda, todo. Pasan los años y siguen tan enamorados como
siempre, es insoportable.
Ojalá
quisiera realmente el divorcio.
Ojalá
odiara tanto a Joaquín como se odian estos dos.
Ojalá
alguna vez pueda amar a alguien tanto como se odian mis padres.
Ojalá.
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