Realidad: La
plata no alcanza. Explicación: Ganó Macri. Marco teórico: la derecha
neoliberal conquistó Occidente. Solución: una serie de recomendaciones de
libros gratis para sumergirnos en la ficción y olvidarnos del mundo. En tiempos
de Trump, Putin, Bolsonaro y Macri, leer ficción sin pagar millones es nuestra
única revolución posible. Venceremos.
En esta ocasión destacamos
una de las voces femeninas fundamentales de la literatura argentina que, desde
hace más de una década, viene indagando en el terror como género exclusivo, en
forma de novela, relato o crónica. Periodista y narradora, Mariana Enríquez ya
está catapultada a la fama internacional con traducciones en todo el mundo y numerosos
premios, pero sigue ubicando la mayoría de sus relatos en Argentina. Nuestra Marie
Shelley del sur no niega nunca, cuando se lo preguntan, las influencias claras
que su obra tiene de Poe, Lovecraft y Stephen King.
Cultora del rock desde siempre, Enríquez se mete aquí
con ese inframundo de las fans / grupies de las bandas musicales desde una
perspectiva gótica. Fantasía, realidad, terror y mucho conocimiento sobre el
mundillo recitalero se mezcla con un retrato agudo y demasiado certero sobre
cómo son los ídolos, como es su relación con sus seguidores y como se vinculan
entre sí esas chicas que siempre aparecen en cada recital a los gritos pelados
en plena histeria, pero en clave de ficción. Nada que envidiarle a Almost
Famous.
Ganador del Premi Ciutat de Barcelona en 2017, esta
colección de relatos muestra mucho de lo mejor que hace Enríquez: asustar hasta
la médula. Aparecen también cuentos que remiten a lo extraño o lo inquietante
sin llegar a ser terror puro y se mezclan con un claro sesgo feminista o de
denuncia en el relato que le da nombre a la recopilación y versa sobre actos de
violencia de género. En palabras de Leila Guerriero: el
terror en estos cuentos es algo imposible pero que a la vez, podría suceder.
Publicada en 1995, la primera novela de Enríquez, cuando
la autora tenía apenas 22 años, puede considerarse como la piedra angular de
toda su narrativa posterior: en un escenario conocido por todos como es la
Buenos Aires arrasada del neoliberalismo noventista, un grupo de jóvenes darks
deambulan entre la droga y la resaca sin distinción de día, hora o lugar.
Ninfas, fantasmas o simplemente adolescentes del subdesarrollo, los personajes
de esta novela parecen salidos de Walking Dead, pero dicen boludo, falopa y
manija.
Apariciones espectrales,
brujas, sesiones de espiritismo, grutas, visiones, muertos que vuelven a la
vida: en estos doce cuentos Enríquez desempolva todo el arsenal lovecraftiano y ametralla contra las
convenciones del género para renovar y revitalizar el viejo y querido terror de
siempre. Un balneario cualquiera, un barrio acomodado cualquiera, una calle o
una ciudad le sirven a la autora para enloquecernos, perturbarnos e inquietarnos
con esa aguda certeza con la que siempre escribe: todo lo familiar siempre
puede convertirse en siniestro.
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