Las
series son las drogas duras más hermosas de las últimas décadas,
de la mano con nuevos hábitos de consumo de medios audiovisuales
entre los que se destacan la piratería, el streaming
pago y el gratuito. Y aunque tengan el glam
de lo contemporáneo y nos sirvan como tema de conversación
perpetuo, las series son, digámoslo de una vez, lo que en su momento
fueron las novelas de la tarde para nuestras abuelas y las películas
pochocleras para nuestros padres.
Pero
hay series y series. Algunas son apenas esquirlas de las grandes
sitcoms
con las que nos criamos, otras meras copias burdas del trilladísimo
esquema “dos policías + casos imposibles” y finalmente están
las otras, las vintage, las que con muchísimo presupuesto para la
ambientación y guiones atravesados por la nostalgia nos llevan a ese
lugar donde el ser humano jamás podrá volver: el pasado. De hecho
en Argentina ya vimos cómo opera este fenómeno: Graduados
y Viudas e hijas del Rock And Roll
trabajaron con flashbacks a los 80’s y los 90’s y apelaron a la
nostalgia para convocar a la generación post 30 frente a la
pantalla. La técnica es explicita, se trata de llevar al espectador
a ese lugar donde fue feliz. “La adolescencia deja marcas muy
profundas en la esencia de las personas", evaluó Pablo Culell,
el co productor de Graduados.
Pero
el fenómeno no es nuevo, hasta fue estudiado como “la
comezón de los 40 años”. Parece que a
esa edad los espectadores comienzan a referirse a su propio pasado
como un lugar de añoranza y felicidad. Esto hace que cualquier serie
vintage tenga grandes posibilidades de éxito. Pero muchas otras
producciones han apelado al pasado para generar no solo nostalgia,
sino también lecturas sobre la realidad actual, resignificando el
presente. Aquí algunos ejemplos.
Mad
Men (2007). Aclamada
por la crítica y ganadora de varios Emmys y Globos de Oro, los
seguidores de Mad Men suelen defenderla con capa y espada ante
quienes dicen que es lenta y/o aburrida definiéndola como la gran
novela americana. Muestra la vida de un grupo de publicistas en
Madison Avenue desde 1950 en adelante y retrata muchísimos de los
conflictos contemporáneos de la sociedad occidental (problemas
étnicos, de género, de adicciones) vinculados a la debacle del
American Way of Life.
Boardwalk
Empire (2010). Co
Producida por Martin Scorsese (que además dirige algunos episodios)
y dirigida por uno de los cráneos de Los Soprano, Terence Winter.
Muestra las aventuras de Enoch "Nucky" Thompson,
(encarnado por el genial Steve Buscemi), una prominente figura
política que controla Atlantic City, New Jersey, durante el período
de la ley seca desde 1920 hasta 1930. El verdadero lado b del
imperio, sin anestesia.
Downton
Abbey (2010). Pocas
cosas más atractivas que la decadencia de la nobleza británica como
se la muestra en esta serie inglesa que reconstruye la vida de una
familia de aristócratas y sus sirvientes desde el hundimiento del
Titanic en Yorkshire. Con guiones del creador de Gosford
Park, este culebrón describe no solo
las aventuras de la clase alta sino su interacción con los
sirvientes, lo que le da a la serie un tinta clasista desopilante.
The
Americans (2013). Una
pareja de perfectos norteamericanos de la década de 80’s son en
realidad dos espías rusos encubiertos y entrenados en plena guerra
fría para infiltrarse en las filas enemigas. Con estas premisas esta
serie muestra no sólo la época dorada del fluo yankee sino los años
anteriores en la patria soviética. Paranoicos abstenerse.
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