La vida es fácil, en realidad. Puede resumirse en diez
cosas: levantarse, lavarse los dientes, ducharse, afeitarse, elegir camisa,
desayunar, viajar al trabajo, trabajar, cenar, dormir. Son solo diez cosas, una
y otra vez. No entiendo por qué la gente dice que las rutinas son aburridas si
solo se necesita seguirlas, es cómo manejar en la ruta, te deslizas, hay
algunas normas pero te deslizas, no hay semáforos, ni viejitas que cruzan mal
las avenidas, ni piquetes. Sí, la vida es como ir en la ruta escuchando
Creedence en un día con nubes, así el sol no te da de frente. Creedence
ClearWater Revival. Esa banda de mierda, por qué se me habrá ocurrido comparar
la felicidad con esa banda de mierda que me hizo conocer él. No hacía falta, Juancito,
que te aparecieras así, si yo estoy acá bien, en el subte, haciendo una de mis
diez cosas de vida normal. Si ya te moriste, si ya te olvidé, si ya me casé con
otra. Qué necesidad tenés de aparecerte en formato Creedence. Sí, es una banda
que nos gustaba a los dos, ya sé, ya sé que vos me la hiciste conocer, ya sé
que bailábamos los temas cagándonos de risa, ya sé, basta. Te moriste. Te
moriste por gil, por falopero. ¿Qué querés que recuerde? Si el amor se
construye, Juanchi, el amor no es un absoluto. Si yo voy y vengo todos los días
de mi casa al trabajo y construyo un hogar con mi mujer, si pagamos impuestos,
compramos la cena, miramos tele, estamos ahí si alguien se enferma, eso es el
amor, Juanchi, no es esa locura adolescente, esas maripositas no existen. Además
yo no soy puto. Lo que pasó con vos pasó con vos y quedó ahí. No es que me
gusten todos los hombres. No. A mí me gustabas vos, me gustaba tu espalda, tu
forma de caminar, tu olor. Es el Be, de Calvin Klein, ya sé, pero ese es tu
perfume, no es un perfume. El otro día en la oficina vino un proveedor que lo
tenía y me puse como loco. El olor de los muertos, pensé. Pero no, era tu olor,
eras vos, era Juancito Klein viniéndome a visitar desde Creedence y la concha
de tu madre.
Carla está bien, está feliz. Somos felices, tenemos casa,
auto, perro. Tenemos un crédito, dos tarjetas, un plasma. Tenemos todo,
Juanchi, porque si haces diez cosas una atrás de la otra una y otra vez
conseguís eso, con paciencia, esfuerzo, trabajo, disciplina, compromiso. Nada
de locuras de amor, nada de locura. El amor es coger una vez por semana pero
estar ahí toda la semana, ¿entendés? Si vos estás, eso es el amor, estar ahí.
Aunque la cabeza a veces esté en otro lado, sí, dejá de contradecirme. Odio
eso, odio que me sigas como una discusión eterna. No, Juanchi, mi vida, no. El
amor no es una discusión eterna, el amor está de acuerdo, dice “Sí, mi amor” y
listo. Pero sobre todo, el amor nunca, nunca jamás usará Be de Calvin Klein, porque a diferencia del One, no es un perfume unisex.
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