¿Cómo
dice que se llama su amiga la que desapareció en Junín? Chacabuco, no Junín.
Bueno, es todo lo mismo. Sofía se llama, Sofía Costas. ¿Pero no tiene marido?
¿Novio? ¿Padre? ¿Por qué Ud. hace la denuncia? Sí, tiene un novio en Capital, pero
el tipo le pega, por eso se fue huyendo de él a Chacabuco. Rodo ¿Dónde queda
Chacabuco? ¿Es para el lado de Mar del Plata?
Claudia
ve salir del fondo de la seccional a Rodo. Tiene unos sesenta años, barba
candado y una pelada incipiente. Rodo la mira fijo y le dice serio Mandandirundirundán.
Claudia no entiende, le pregunta qué quiere decir. El no responde pero se
presenta: señora mi nombre es Rodolfo Adrián Iglesias. Le da la mano. Hola,
dice ella, molesta, y también le da la mano. Necesito denunciar una
desaparición. Rodo mira al oficial Fernández, la vuelve a mirar a ella y repite
Mandandirundirundán. Claudia extrañada resopla y le reitera que quiere hacer
una denuncia, que su amiga nunca le avisó que había llegado a Chacabuco. Y que
su marido Pablo la golpea. Rodo no entiende. ¿A Ud. la golpea? No, no, dice
Claudia, yo no tengo marido.
En ese
momento el oficial Fernández le pregunta si Pablo era el novio o el marido de
Sofía, porque antes le había dicho novio y no es lo mismo, a instancia
judicial, el estado civil de los participantes del hecho. No, es el novio pero
conviven, es lo mismo, dice Claudia, a esa altura ya irritada por el trato de
los policías. Rodo se toca el mentón y pensativo, repite: Mandandirundirundan.
Qué, dice Claudia. Eso, señora, que si no están casados y Ud. no es familiar no
puede denunciar nada. Pero me dijo que iba a ir a lo de su tía Rosa en
Chacabuco, grita Claudia, me escribió un mail antes de irse, y me dijo que me
avisaba que llegaba y no lo hizo. Umggh dice Rodo con la mano en el mentón.
Claudia sigue gritando: este hijo de puta debe haber entrado a la máquina y debe
haber visto el mail y la fue a buscar, estoy segura.
Pero
Junín es jurisdicción de La Plata, dice Fernández, tendría que irse para allá. Pero
esto no es en Junín, es en Chacabuco. Bueno, es todo lo mismo. Cómo, si ella
vive acá a dos cuadras, le corresponde esta comisaria, sigue gritando Claudia.
¿Pero ahora dónde está su amiga? pregunta Rodo. Y no sé, no sé, grita Claudia
desencajada. Ah, si no sabe se va a complicar ver cuál es la jurisdicción,
deduce Fernández. MANDANDIRUNDIRUNDAN grita
Claudia.
Y se
despierta.
A
ciegas agarra el celular de la mesa de luz.
Sofía 12:32
“Llegué OK, por favor no le digas a Pablo que sabes dónde estoy” √√
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