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martes, 9 de diciembre de 2014

ChacaPeaks: La reina de la flor

Para Diario Cuatro Palabras

Y bueno señora, están treinta y dos pesos, qué quiere que haga, los jazmines vienen directo de Escobar, hay que tenerlos en heladera pero no se pueden congelar, después para mantenerlos bien se les tiene que poner un spray especial, no demasiado porque se queman, es un trabajo delicado, señora, los lleva o no.

Julieta estaba especialmente fastidiosa ese día. Las flores que venían de afuera siempre eran más caras que las del proveedor local, pero los clientes nuevos no entendían fácil la diferencia. Aunque no era realmente por eso que estaba molesta. Si se pusiera mal por cada cliente que no valora el trabajo que lleva mantener a una flor fresca más de diez días, ya habría cerrado la florería años atrás. Pero ahí estaba: ansiosa, expectante, a la espera de que algo de lo que había fantaseado con Ricardo finalmente se concrete. Sabía de buena fuente que en su casa estaba todo mal, que tarde o temprano eso decantaría y podrían estar juntos. La bruja de Marta siempre hacía con él lo que quería, pero después de lo de la fiesta de la flor tenía que pasar algo.

“Te contagiaste la belleza de las flores”, le había dicho esa noche. Se acordaba perfecto porque pensó que hubiera sido más halagador que le dijera que ella le había contagiado la belleza a las flores, pero Ricardo era bastante básico y dentro de todo ese piropo era más elaborado que las cosas que solía decirle sobre su escote. Después de la fiesta se fueron juntos y él le confesó que estaba enamorado. Ella no le iba a creer así nomas, tampoco, pero alguito se entusiasmó. Sabía que no hacía bien, que no había que creerles a los hombres, mucho menos cuando dicen que están enamorados. Pero se ilusionó, la pobre Julieta, que entre tantas flores probablemente había perdido un poco su sentido del olfato.

Cuando lo vio acercándose por la ochava el corazón le empezó a latir como una bomba. Viene y me dice de vivir juntos, viene y me dice de vivir juntos. Su otra mitad la taladraba, escéptica: nunca le creas nada a los tipos, estúpida, lo único que aman de verdad es al equipo de fútbol. Viene y me dice viene y me dice viene y me

-Hola  reina, ¿Cómo anda el escote más lindo de Chacabuco? – arrancó galancito Ricardo.

-Acá andamos, Ricky, con ganas de verte – deslizó tímida, esperando en vano que su cliente favorito le diera un beso que nunca llegó.

-Tengo algo importante para decirte.

Julieta puso cara de póker. Viene y me dice viene y me dice viene y me

-Voy a ser papá por tercera vez, nena, -sentenció él - así que mejor dame unos jazmines que se los llevo a la patrona.




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