Pocas cosas menos controlables en esta vida que los sueños. Pocas
cosas más curiosas que el experimento de los “sueños lúcidos”, una
técnica que busca no solo que el durmiente controle lo que sucede
durante el momento de mayor libertad de la psiquis sino que además,
pretende trasladar esos deseos a la realidad. Es como si pudiéramos
visualizar mientras dormimos lo que queremos que pase y que gracias a
eso, finalmente, los anhelos se realicen.
Con estas premisas, Lúcido viene a contar la historia de
Lucas, que sueña “lúcidamente” una y otra vez lo que le gustaría que
suceda y no: que su familia no sea disfuncional, sus parientes no se
lleven a las patadas y él sea feliz. Lo hace por prescripción de su
psicólogo, quien también le indica algunas otras “tareas” para
sobrevivir al trauma que desde chico lo atosiga: su hermana le donó un
riñón y le salvó la vida.
En su debut como director, Matías Gómez pone en escena la obra de
Rafael Spregelburd con una soltura interesante para congeniar una
constante confusión entre lo real y lo onírico, lo trágico y lo cómico y
fundamentalmente el pasado y el presente. Esa confusión sigue hasta en
la sinopsis, que es bastante engañosa: “Cuando eran niños, Lucrecia le
donó a su hermano menor Lucas su riñón. Luego de 15 años, vuelve a la
casa de su madre, Teté, con quién aún vive su hermano. Llega con el
propósito de hacer un reclamo que quedó pendiente del pasado”, dice la
ficha. Sin embargo, el problema del trasplante es una mera excusa para
indagar en muchas otras aristas de las lógicas familiares: la
sobreprotección, las crisis permanentes y la incompatibilidad de
caracteres entre quienes deberían quererse son algunos de los problemas
que plantea esta obra. Lo hace desde un discurso super desacartonado y
no por eso menos contundente, indagando tanto en las condiciones del
tratamiento psicoanalítico como en los rencores familiares que se
acarrean con los años.
Premiada internacionalmente en puestas anteriores, presentada
originalmente en España y con un elenco que se luce en varios papeles a
la vez, esta nueva edición de Lúcido parece querer contarnos lo que ya sabemos pero que nunca viene mal recordar: qué lindo que es soñar, soñar no cuesta nada.
Ficha artístico técnica
Actúan: Gabriela Colombo (Teté), Ricardo Torre (Lucas), Natacha Fornos (Lucrecia); Luciano Fonte (Dario).
Autor: Rafael Spregelburd
Dirección: Matías Gomez
Asistente de dirección: Felipe Castro
Escenografía: Mariela Barros
Producción: Melanie Teveles
Prensa: Paula Rey
Música original e intérprete: Mariano Engel
Fotografía: Gabriela Caruso
Diseño: Pablo Pons
Autor: Rafael Spregelburd
Dirección: Matías Gomez
Asistente de dirección: Felipe Castro
Escenografía: Mariela Barros
Producción: Melanie Teveles
Prensa: Paula Rey
Música original e intérprete: Mariano Engel
Fotografía: Gabriela Caruso
Diseño: Pablo Pons
TALLER DEL ANGEL
Mario Bravo 1239 – CABA
Reservas: 4963-1571
Entrada: $ 100,00
Viernes – 23:00 hs – Hasta el 21/11/2014
Reservas: 4963-1571
Entrada: $ 100,00
Viernes – 23:00 hs – Hasta el 21/11/2014
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