“La Boca no es sólo Caminito”,
dicen muchos. Pero pocos lugares coinciden y celebran esta idea tanto como
“AlEscenario”, un “espacio de creación y fusión cultural” ubicado en Irala y
Araoz de Lamadrid, frente a la Plaza Matheu y a dos cuadras de Av. Patricios,
que traslada a quien tenga ganas de viajar por el mundo ni bien se pasa la
puerta. Concebido como un centro cultural multifunción, el viejo almacén de las
Sabinas fue reciclado por Paco Damitio (productor musical nacido en Marruecos y
formado en Londres y Barcelona) y Sophia Weber (artista plástica francesa) e
inaugurado en 2009. Actualmente funcionan allí varios ciclos de música en vivo,
obras de teatro y muestras de arte permanente. Pero también se puede comer o
tomar algo: la carta sabores raros con vinos regionales y cervezas de todo el
mundo.
La fusión de cultura, gastronomía y
arte que presenta Al Escenario tiene que ver con la procedencia de sus dueños y
la concepción cosmopolita que tienen del arte. Pero ¿cómo llegan a La Boca un
marroquí trotamundos y una pintora francesa? La historia se remonta a 1905. El
bisabuelo de de Paco emigró al país con su familia desde Francia y su hija quedó
enamorada de nuestra ciudad, pero volvió a Europa y luego se radicó en
Marruecos. Décadas más tarde, cuando se conocieron en París, Paco le contó a
Sophie de ese lugar cálido y lejano llamado Buenos Aires con el que su abuela
fantaseaba en las costas de África y decidieron venir en 1994. Finalmente, la
intención de abrir un espacio cultural se concretó en el 2009, tras la
adquisición del almacén y una transformación arquitectónica inusitada, en la
que se privilegió la acústica del lugar y se pensó el concepto de integración
de todas las artes. Se trata de potenciar a todos los artistas que se acercan. “Buenos
Aires es mucho más creativa que París aunque allá se consuma más arte”,
diferencia Sophie.
Otro de los pilares de “AlEscenario”
tiene que ver con la integración con el barrio. La apuesta convoca a los
artistas locales que lentamente van referenciando el espacio como propio. En
ese sentido los dueños están abiertos a propuestas de todos los vecinos que
quieran expresarse allí. Pero el desafío también está en construir un lugar
para todos los boquenses, no solo los artistas. Con este objetivo, la Fundación
Rafael (que trabaja con los chicos del Barrio Chino) propuso hacer allí en 2011
unas jornadas de exposición y producción que fueron una verdadera experiencia
para aquellos que nunca habían entrado al lugar. Durante todo un mes los chicos
que participaban del taller de arte de la Fundación convivieron con las luces
del teatro, un piano, los veinte mil discos que componen la colección de Paco y
las pinturas de Sophie. “La integración es lenta, pero creo que la gente se
sorprendió mucho para bien”, explica Sophie y confiesa: “nos dijeron que esto
era demasiado lindo para La Boca, pero no hay nunca nada demasiado lindo, eso
es un prejuicio.”
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