Para RadioEter - 2012
El 18 de septiembre de 2006 el ex detenido desaparecido Jorge Julio
López desapareció por segunda vez en La Plata, luego de prestar
declaración contra el genocida Miguel Etchecolatz, en un juicio por
delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
Etchecolatz se desempeñaba como Director de Investigaciones de la
Policía Bonaerense y era una piedra fundamental para el armado represivo
de lo que se denominó “Circuito Camps” en la provincia de Buenos Aires.
López, que había estado secuestrado en la Comisaría 5ta de La Plata lo
había reconocido como uno de sus torturadores. Seis años más tarde de
ese juicio, en el que Etchecolatz fue finalmente condenado a cadena
perpetua, López sigue desaparecido y no hay ninguna pista firme sobre su
paradero que oriente la investigación.
Durante la tarde del martes Enrique Fukman, miembro de la Asociación de ex detenidos desaparecidos (AEDD) conversó con los integrantes de Conexión Eter para dar cuenta de los reclamos que los organismos de derechos humanos tienen en relación al esclarecimiento de la causa. Fukman destacó que hubo un antes y un después dentro del movimiento de los derechos humanos tras la desaparición de López porque quedó claro que muchos de los intereses corporativos de las Fuerzas de Seguridad siguen garantizando su impunidad y libertad de acción en la actualidad. En este sentido, describió una situación sin salida para la investigación judicial: “Es difícil castigar a aquellos que buscan garantizar su impunidad cuando luego los utilizamos para castigar al pueblo de las protestas de hoy en día”. El sobreviviente precisó también muchas de las falencias de las líneas de investigación, sobre todo en función de la persecución de aquellos que podrían beneficiarse con la desaparición de López, a los que él describió como el “entorno cercano a Etchecolatz” que, según sus palabras “sigue estando hoy en día en la Policía de Buenos Aires de forma directa o indirecta a través de sus conexiones”. Finalmente Fukman convocó a las marchas que se realizaron tanto en Capital Federal como en La Plata en conmemoración de la segunda desaparición de su compañero y en reclamo de su aparición con vida y castigo a los responsables de su secuestro. La metodología de protesta fue defendida por el militante, ya que la consideró fundamental a la hora de exigirle a la justicia que acelere la investigación. “Si bien continuamos con el accionar judicial, no bajamos los brazos, no nos resignamos a que no haya ninguna respuesta por la aparición de López; porque fueron las marchas las que anularon las leyes de la impunidad, entonces las marchas son la forma en que creemos que vamos a lograr justicia”, explicó.
Conexión Eter del martes también incluyó varios audios de la causa en la que López declaró en 2006 y en la que finalmente Etchecolatz y sus secuaces fueron condenados. En referencia a esto, escuchamos audios del programa “Marca de Radio”, de Eduardo Aliverti por La Red; donde la periodista Adriana Meyer precisó: “No se sabe nada de López porque hubo una mezcla explosiva de inoperancia, encubrimiento y complicidad de los funcionarios y las fuerzas de seguridad involucrados”. También escuchamos un interesante debate en piso, sobre los diferentes casos de desaparición forzosa en democracia. Así, de la mano de Julieta Adorneti, Joaquín Bianciotto y Luis Iturrieta, el resto del equipo del programa hizo memoria en un día muy especial y nos obligó a preguntarnos, una vez más: ¿A qué nos podemos acostumbrar?
Durante la tarde del martes Enrique Fukman, miembro de la Asociación de ex detenidos desaparecidos (AEDD) conversó con los integrantes de Conexión Eter para dar cuenta de los reclamos que los organismos de derechos humanos tienen en relación al esclarecimiento de la causa. Fukman destacó que hubo un antes y un después dentro del movimiento de los derechos humanos tras la desaparición de López porque quedó claro que muchos de los intereses corporativos de las Fuerzas de Seguridad siguen garantizando su impunidad y libertad de acción en la actualidad. En este sentido, describió una situación sin salida para la investigación judicial: “Es difícil castigar a aquellos que buscan garantizar su impunidad cuando luego los utilizamos para castigar al pueblo de las protestas de hoy en día”. El sobreviviente precisó también muchas de las falencias de las líneas de investigación, sobre todo en función de la persecución de aquellos que podrían beneficiarse con la desaparición de López, a los que él describió como el “entorno cercano a Etchecolatz” que, según sus palabras “sigue estando hoy en día en la Policía de Buenos Aires de forma directa o indirecta a través de sus conexiones”. Finalmente Fukman convocó a las marchas que se realizaron tanto en Capital Federal como en La Plata en conmemoración de la segunda desaparición de su compañero y en reclamo de su aparición con vida y castigo a los responsables de su secuestro. La metodología de protesta fue defendida por el militante, ya que la consideró fundamental a la hora de exigirle a la justicia que acelere la investigación. “Si bien continuamos con el accionar judicial, no bajamos los brazos, no nos resignamos a que no haya ninguna respuesta por la aparición de López; porque fueron las marchas las que anularon las leyes de la impunidad, entonces las marchas son la forma en que creemos que vamos a lograr justicia”, explicó.
Conexión Eter del martes también incluyó varios audios de la causa en la que López declaró en 2006 y en la que finalmente Etchecolatz y sus secuaces fueron condenados. En referencia a esto, escuchamos audios del programa “Marca de Radio”, de Eduardo Aliverti por La Red; donde la periodista Adriana Meyer precisó: “No se sabe nada de López porque hubo una mezcla explosiva de inoperancia, encubrimiento y complicidad de los funcionarios y las fuerzas de seguridad involucrados”. También escuchamos un interesante debate en piso, sobre los diferentes casos de desaparición forzosa en democracia. Así, de la mano de Julieta Adorneti, Joaquín Bianciotto y Luis Iturrieta, el resto del equipo del programa hizo memoria en un día muy especial y nos obligó a preguntarnos, una vez más: ¿A qué nos podemos acostumbrar?
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